Cartas al Director: Santa Orosia y Sobrepuerto, de Paisaje Protegido a paisajillo timorato

Mariano Polanco

Desde el año 2007 Ecologistas en Acción de Sabiñánigo ha participado y apoyado el proceso público para la protección de un espacio de gran valor natural y cultural: El Paisaje protegido de Santa Orosia y Sobrepuerto.

La Asociación Cultural “O Zoque” y el Ayuntamiento de Yebra de Basa fueron los que tuvieron la honrosa iniciativa, pero la creación de este espacio natural corresponde al Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, que prometió públicamente que este Paisaje Protegido sería una realidad. Sin embargo, la DGA ha dado marcha atrás y ha paralizado el proceso en el último momento, dejando abierta una brecha social en la comarca así como un profundo malestar en todas las partes implicadas.

La Dirección General de Desarrollo Sostenible y Biodiversidad, ha despreciado las fundadas alegaciones de las asociaciones ecologistas y el dictamen del Consejo de Protección de la Naturaleza de Aragón que pedían una mayor y más coherente delimitación del espacio, que permita establecer diferentes unidades ambientales integradas y que se proteja el territorio teniendo en cuenta las unidades paisajísticas y la integridad de las cuencas visuales. Bien al contrario, la responsable de la dirección general, Ana Isabel Lasheras Meavilla, declaró el verano pasado que sólo se protegerían aquellos espacios cuyos propietarios muestren expresamente su conformidad, lo que ha supuesto una gran reducción de la superficie de la propuesta inicial y la práctica paralización del proceso de declaración del Paisaje Protegido. Así se supeditan los criterios técnicos y científicos a intereses inconfesables y temores infundados de grupúsculos locales contrarios a cualquier avance ambiental.

Esta torpeza es un gravísimo antecedente, así como un peligroso giro en la política ambiental de la DGA. En la práctica supone una renuncia del Departamento a ejercer sus funciones legalmente atribuidas, dejando al antojo de los particulares la decisión de proteger o no nuestro patrimonio natural.

Sabemos que varias empresas y particulares han adquirido pueblos enteros (Ayerbe y Yosa de Broto, Sasa de Sobrepuerto, etc.) a precio de suelo rústico con el fin de urbanizarlos después. Es evidente que el paisaje Protegido pondría freno a la especulación, por lo que sólo cabe definir la postura de la Dirección General como de complicidad manifiesta, ya sea de modo explícito o implícito.

Desgraciadamente no es la primera consecuencia de otorgar un cargo de tanta importancia a personas sin ningún tipo de currículum que avale su cargo, así como una pública y notoria insensibilidad hacia el medio ambiente, solamente atendiendo a criterios partidistas. Las consecuencias las sufrimos los aragoneses y nuestro patrimonio natural.