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Aramón-Leitner venden la telecabina de Zaragoza a varias empresas de fuera de España

Ni Formigal, ni Cerler, ni Grandvalira son el destino como se llegó a barajar

La UTE propietaria de esta infraestructuras saldrá de Zaragoza con destino a varios países, ya que la empresa Leitner ha sido quien a través de sus numerosos clientes en el mundo, ha realizado las gestiones. La marca LEITNER ropeways es sinónimo de telecabinas y telesillas que también fabrica máquinas pisanieve y cuenta con clientes en todo el mundo, lo que ha facilitado este modelo de venta.

Según ha conocido "Ondas Blancas" de Radio Huesca-Radio Jaca, la telecabina de la Expo se ha vendido "troceada", es decir, por "piezas" una vez que este realizado el desmontaje en los próximos meses del que se hace cargo Leitner.

El coste del desmontaje y traslado de la telecabina se cifró en su día en unos 700.000 euros que se incluye también  en el precio de la venta a las distintas empresas que han realizado compra a través de Leitner. No ha trascendido el importe de la venta debido a que ambas empresas tienen un acuerdo de confidencialidad y Aramón, tras decidir que la mejor decisión era vender, recibirá el dinero una vez ejecutada toda la operación con las empresas de Oriente Medio o Europa donde van algunas de las partes vendidas.

De esta forma, las dos empresas van a recuperar una parte importante de la inversión realizada para la Expo 2008 de Zaragoza. La inversión de la telecabina de la Expo, en todo su conjunto, incluyendo la adecuación de edificios  se situó en 11 millones de euros de los cuales ahora con la venta se recupera una parte  importante permitiendo al holding formado por Cerler, Formigal, Panticosa y Nieve de Teruel tener una inyección económica para sus balances económicos dentro de su plan financiero.

Se van a desmontar en las próximas semanas las cabinas y postes,  ya que los cables ya se recogieron hace unos años y se encuentran almacenados en los edificios de La Almozara y parque del Agua

Un déficit millonario

La telecabina de la Expo lleva sin uso desde el 19 de febrero de 2011. Instalada en Ranillas con motivo de la muestra internacional pero con vocación de continuidad –se firmó un contrato por 25 años–, estuvo funcionando dos años y ocho meses. Tenía poco más de un kilómetro de longitud, y el viaje duraba unos cinco minutos. Más allá del puro placer de sobrevolar el Ebro, apenas tenía utilidad, ya que iba "de ningún sitio a ninguna parte", como decía algún concejal del Ayuntamiento.

Cuando cerró la Expo, según un informe publicado por Heraldo, la instalación pasó a ser altamente deficitaria. Entre 2009 y 2010, generó unas pérdidas de casi cuatro millones de euros, incluidos los gastos de amortización. Como ejemplo, en 2010 se subieron 35.673 personas, cuando el plan previsto hablaba de que lo harían casi 200.000. El año anterior la usaron 55.963, cuando las estimaciones esperaban 190.000.

El grupo de la nieve reclamó parte del déficit al Ayuntamiento, pero el entonces gobierno socialista municipal decidió no apostar por el proyecto, y no destinar ni un euro al déficit de esta infraestructura. Así, el contrato de explotación se rompió, y Aramón obtuvo inmediatamente el permiso para desmantelar y reubicar la telecabina en otro lugar.

Sin embargo, la estructura se quedó varada entre una margen y la otra del Ebro. Mientras Aramón sopesaba qué hacer, la telecabina se convertía en un elemento de la ciudad puramente decorativo.

 
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