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RECRECIMIENTO DE YESA

El último informe de la ladera de Yesa sigue enfrentando posturas

Para Río Aragón confirma que “su inestabilidad es constatable y un problema irresoluble”. Para la CHE, que “la situación de estabilidad se mantiene”

El último informe del comportamiento de la ladera derecha de la presa de Yesa, elaborado por la Confederación Hidrográfica del Ebro, vuelve a hablar de movimientos “extremadamente lentos” en la infraestructura. Los datos constatables suponen para la Asociación Río Aragón una nueva muestra de que esta infraestructura es un peligro y vuelven a pedir que se paralice el recrecimiento. Desde la CHE, responsable del informe, aseguran que “el informe dice que la situación de estabilidad de la ladera se mantiene desde que se hicieron los trabajos de estabilización en 2013” y afirma que “todas las laderas se mueven” y en este caso “no hay movimiento significativo y según las clasificaciones internacionales se denomina movimiento extremadamente lento”.

La Asociación Río Aragón, contraria al recrecimiento, considera que después de pasar de 109 a 500 millones de euros de presupuesto, -no pueden negar movimientos en la ladera y tan solo pueden afirmar que “previsiblemente” los movimientos locales no afectarían a la seguridad global-. Añaden que desde 2001 la CHE viene asegurando que esta ladera es totalmente segura pero plantea nuevas actuaciones de refuerzo.

La Confederación por su parte asegura que “las actuaciones que se están haciendo (se ha acabado el derribo de las urbanizaciones) y las pendientes para concluir la estabilización son públicas y se han explicado siempre”.

Sobre la obra global Río Aragón sospecha de la falta de estudio sobre la ladera izquierda, “que ya en julio de 2006 sufrió un movimiento de tierras de 3,5 millones de metros cúbicos en el Monte Mélida”, añade.

Comunicado de la asociación Río Aragón:

De la lectura del informe y más allá de las declaraciones pomposas que pretenden trasmitir la idea de que en el recrecimiento de Yesa no pasa nada, se constata:

1. El que no haya movimiento significativo no significa que no se mueva y el problema esté resuelto. La realidad es que la ladera se sigue moviendo y por ello se han tenido que tirar dos urbanizaciones, se han realizado excavaciones que continúan las de 2013 y se reconoce que se han de ejecutar nuevas actuaciones de sostenimiento. En una secuencia inaceptable, por tratarse de cuestiones de seguridad, tantas veces han asegurado que la ladera estaba estabilizada tantas veces han tenido que reconocer que no era así.

2. Aseguran que el que haya una paralización global del movimiento de la ladera no significa que por lluvias, procesos de vaciado, movimientos de tierra,….no puedan producirse movimiento locales. Lo más grave es que no pueden llegar más allá de decir que estos movimientos locales “previsiblemente” no afectarían a las condiciones de seguridad de la globalidad de la ladera. Es inaceptable plantear en estos términos algo tan grave.

3. En ningún embalse debería poderse plantear el grado de incertidumbre que conllevan las conclusiones del informe y mucho menos en uno de la magnitud de Yesa recrecido. Caso de producirse un seísmo como los de 1923 y 1925, episodios de lluvias como los de 2013 y no digamos ambas cosas a la vez, la vida de miles de personas aguas abajo, empezando por Sangüesa, no podría ser garantizada por la CHE. Mucho menos la de los vecinos de Sigüés rodeados por un muro de cota 514 cuando la presa recrecida alcanza hasta la 520.

El recrecimiento de Yesa es una obra irracional que, si se quiere poner la seguridad en primer término, nunca se deberá llenar. La CHE lleva desde 2006 asegurando que con sus actuaciones la estabilidad de las laderas está consolidada pero, a pesar de obras y millones de euros, pasado el tiempo debe reconocer la falsedad de lo asegurado. No será hoy diferente de lo que fue ayer.

Finalmente debemos hacer una reflexión que tiene que ver con el cambio climático y la reducción de precipitaciones. Este año el actual embalse de Yesa no llegó al 75% de su capacidad. A fecha de hoy es un enorme vacío que almacena sólo el 14% del volumen disponible. Si hubiera estado recrecido tan solo sería del 7% y almacenaría un 93% de aire. A la par, el solo hecho de ver la obra terminada y dispuesta para ser llenada conllevaría una espiral de demanda que, en la mayor parte de los años venideros, tan sólo generaría más escasez en el regadío actual.

 
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