‘Es una línea muy difusa la que separa una opinión de un delito de odio’

Natalia Aventín, presidenta de Chrysallis, la Asociación de Familias de Menores Transexuales, valoraba de manera positiva el resultado de la operación ‘Hate’ que comenzaba con una denuncia, en Benasque, por las graves amenazas de muerte que se vertían, a través de las redes sociales, a la asociación. La operación finalizaba con la imputación de dos delitos, uno de odio y otro de amenazas, a un vecino de Barcelona. 'Es posible denunciar y que haya respuesta' decía.

La presidenta de Chrysallis señalaba que, en la provincia de Huesca, este tipo de hechos se dan, puntualmente, pero matizaba que ‘eso no quiere decir que no ocurran’. Ponía el acento en la delgada línea que separa lo que es opinión de lo que es agredir a un colectivo con amenazas o con comentarios que generan odio que pueden poner, a las personas que son blanco de esos hechos, en situaciones con consecuencias irreversibles.

Añadía que, desde la asociación son muy estrictos con determinados comentarios, especialmente, cuando se trata de ataques directos a menores transexuales.