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La Asociación Sancho Ramírez lamenta que el Obispado haya decidido relevarles y reivindica su labor

Tras 23 años realizando visitas a Iguácel, esta asociación deja de hacerlo y pide que no cese el esfuerzo por divulgar, estudiar y mantener este BIC

La Junta directiva de esta agrupación de defensa del patrimonio de la Jacetania, la Asociación Sancho Ramírez, ha enviado una carta para mostrar su parecer respecto al cambio en las visitas a la ermita, que el obispado abrirá con un guía profesional del 15 de julio al 15 de agosto.

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Comunicado de la asociación:

Muy a nuestro pesar, tras veintitrés años consecutivos de ocuparnos y preocuparnos por mantener abierta la ermita de Santa María de Iguácel durante los meses de verano, dejaremos de hacerlo.
Como venía siendo costumbre habitual, el 2 de abril de este año enviamos una carta al Obispado de Jaca para solicitar de nuevo la apertura, a la que siguió una reunión. Como resultado de las conversaciones se nos dijo que, al estar judicializada la propiedad de la ermita, el obispado la abriría este verano, del 15 de julio al 15 de agosto.
A pesar de ello, debemos felicitarnos como amantes del arte y del patrimonio que somos, porque ahora, tras el breve pero sentido paréntesis que supuso no poder ser admirada el pasado año por los numerosos visitantes que suelen acudir, estos puedan de nuevo entrar y contemplar el interior de una de las principales joyas del románico aragonés.
Desde aquí, queremos resaltar que han sido muchos años, 23, los que miembros de esta y anteriores Juntas Directivas de Sancho Ramírez, y también socios que a título individual han contribuido de forma altruista y desinteresada a que la ermita se mantenga como la vemos en la actualidad.
Atrás queda el año 1989 cuando los miembros de la Asociación, con su trabajo y entusiasmo y con el apoyo de la DGA, restauraron la cubierta del ábside por encontrase muy deteriorada. Por procedimientos similares, en 1990, se consolidaron las pinturas góticas del ábside afectadas por la humedad, así como la reparación del resto de la cubierta.
Tras estos trabajos y ante el loable aspecto que presentaba la ermita, en 1994 se nos concedió abrir, seguir con su mantenimiento y mostrarla a los visitantes los fines de semana en los meses de verano. De esta forma se consiguió desde 1997, echando mano de socios voluntarios, poder tenerla abierta al público todos los días de los meses de julio y agosto. Un trabajo que implicaba el desplazamiento diario, la apertura y el cierre, la limpieza y la vigilancia activa de posibles deterioros para abordarlos con prontitud.
El interés y el éxito de las visitas nos animó, en 1996, a editar el libro, Santa María de Iguácel, en el que su autora, Sara Fanlo, respondía con creces a las preguntas y curiosidades más frecuentes de los visitantes: marco geográfico, aspectos históricos y culturales, descripción artística, tesoros del mobiliario litúrgico, tradiciones y romerías celebradas en la ermita, y cronología.
Por otra parte, el exigente clima de montaña en el que se encuentra ubicada ha sido y es uno de los elementos con los que esta preciosa ermita tiene que luchar a diario, de allí que siempre requiera actuaciones de mantenimiento. Por ello, en la parte que le corresponde, la Asociación siempre ha procurado buscar fuentes de financiación para solventarlas:
Así, ante las noticias de algunos vecinos de Larrosa, que hablaban de una escalera en el interior de la torre, y previa solicitud a la Dirección General de Educación y Cultura de la DGA, se realizó en 1999 una excavación arqueológica con resultado negativo.
Desde el 2013 se ha informado al Obispado de Jaca y a la DGA de la existencia de humedades que podían dañar las pinturas y la techumbre de madera.
En el año 2016 se comunicó al Obispado, al Ayuntamiento de Jaca, a la Comarca de la Jacetania y a la DGA un desprendimiento de losas en la proximidad a la puerta sur, que podían suponer un grave peligro para la seguridad de las personas que accedieran al lugar, además de aumentar el peligro de filtraciones en el interior de la Iglesia.
Gracias a la insistencia de nuestras informes se consiguió que en julio de este mismo año (2016) se realizara una intervención de urgencia para quitar las losas del tejado que estaban en equilibro inestable sobre la puerta sur de la ermita, con el apoyo del Ayuntamiento de Castiello. Y que en enero de 2017, D. Antonio García Cid, arquitecto del Servicio Provincial, Sección de Cultura y Patrimonio, a requerimiento de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, realizara una Memoria sobre los trabajos y actuaciones necesarios para proceder la Reparación e Impermeabilización de las cubiertas de la ermita de Santa María de Iguácel.
Por todo lo dicho, por los veintitrés años de dedicación, y por creernos pioneros en dar a conocer el románico aragonés en el valle de la Garcipollera, esperamos y deseamos que no se cese en el esfuerzo de divulgar, estudiar y mantener esta ermita tan estimada.
Por último queremos dar las gracias a las Instituciones que durante estos años han colaborado con nosotros, y a todos los visitantes, incluidos los más de cien melómanos, que, durante los últimos tres años que abrimos las puertas, acudían al tradicional concierto de música clásica. Al mismo tiempo seguimos manteniendo el compromiso adquirido el 2 de abril de 2019 con el encargado de Patrimonio de la Diócesis de Jaca, D. Jesús Lizalde, de restaurar la Virgen románica de Santa Mª de Iguácel, presupuestado en 3740 euros.
Tenemos un gran Patrimonio que debemos mantener para disfrute de todo el mundo.

Junta Directiva de la Asociación Sancho Ramírez

 
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