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La DPH rescata del deterioro más de una docena de obras de Bayeu

La exposición en la que se muestran, así como las actividades que se han realizado, finalizarán el domingo

Después de tres meses, cierra sus puertas este domingo la gran exposición dedicada a la obra de fray Manuel Bayeu, personajes emblemático de la historia de Aragón y uno de los protagonistas del conjunto monumental de la Cartuja de las Fuentes que ha sacado del anonimato la Diputación Provincial de Huesca. Entre el más del centenar de obras llegadas de instituciones como el Museo del Prado, la Biblioteca Nacional o la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, cuelgan de las paredes de la sala de exposiciones de la DPH algunas que han tenido que pasar primero por diferentes procesos de restauración.

La DPH ha hecho un esfuerzo por sacar del deterioro obras de distintas características y orígenes para proteger algunos ejemplos del patrimonio artístico y de quien es considerado el pintor más importante de cuantos trabajos en la provincia durante el siglo XVIII. Cerca de una quincena en diferentes estados de conservación han requerido el trabajo desde entidades como la Escuela superior de conservación y restauración de Aragón ubicada en la capital altoaragonesa y el Museo de Zaragoza, talleres de restauración como el de la DPZ o Summa y expertos como Isaac González, Ana Belén Serrano o Pedro Antonio Perales que durante meses se han afanado por devolver a todas las obras el lustre del que ahora hacen gala.

El resultado de todo este laborioso proceso se puede ver en la sala de exposiciones de la Diputación de Huesca, adonde se ha querido traer parte de la riqueza pictórica de la Cartuja de las Fuentes de Monegros que también se puede visitar en días festivos como este 1 de noviembre o los fines de semana. Para los que quieran conocer de otra forma este colosal legado, Fray Manuel Bayeu, Cartujo, pintor y testigo de su tiempo, como lleva por título la muestra, lleva aparejada un conjunto de actividades que también finalizan estos días: el sábado 3 de noviembre con un taller para familias y una visita guiada el domingo. Ambas se desarrollarán a partir de las 12:30 horas y con carácter gratuito, que acercan una visión más poliédrica y adentra al público en las costumbres y aspectos de la época y de artistas coetáneos como Goya o su hermano, Francisco Bayeu, de los que también hay obras en esta exposición que también puede visitarse de forma libre, en horario de 18 a 21 horas y de 12 a 14 y de 18 a 21 h los fines de semana y festivos.

na de las que luce en todo su esplendor en la exposición es La Virgen del Rosario con Santo Domingo de Guzmán, que durante décadas ha estado en el Museo de Zaragoza y de la que poco se sabía, ahora ha podido demostrarse que estuvo en una de las capillas de la Cartuja de las Fuentes. Presenta a los tres personajes formando una armoniosa composición piramidal con un fondo de gloria. En el proceso que han llevado a cabo los restauradores del propio museo, se ha realizado una profunda limpieza y otros trabajos de carpintería para reforzar la estructura, además de restituir diferentes perforaciones.

Cada obra ha requerido de técnicas específicas para hacer frente a un deterioro debido fundamentalmente al paso del tiempo o al cambio de temperatura y humedad en la conservación de estas obras tan frágiles. Es el caso de una escena típica devocional en la que Bayeu muestra a la virgen María de medio cuerpo con el niño Jesús en brazos y que pertenece al Cabildo de Zaragoza. Para su restauración ha jugado un importante papel la observación con rayos ultravioleta, el uso de las lámparas de este tipo es muy útil porque permite distinguir materiales que a simple vista pueden parecer iguales y delimitar los originales de cuáles son fruto de manipulaciones posteriores.

No solo los lienzos han necesitado pasar por el taller. Los trabajos en La Inmaculada Concepción, de la Catedral de Huesca, también han llegado al marco que lo acompaña, Para restaurarlo desde la Escuela superior de conservación y restauración de Aragón ubicada en la capital altoaragonesa, se ha actuado en la parte estructural y sobre todo en la ornamentación. Con un estilo ligeramente anterior a la época de la pintura, se trata de un marco dorado con elementos decorativos y florales que recuerda al gusto de la época del Rococó con un gran valor simbólico. Se trata pues de un tema que trasciende la pintura y que hacen de ella una pieza artística tan especial.

Un boceto para uno de los murales de la Cartuja, La gloria de San Bruno, se había restaurado ya con anterioridad pero con resultados poco afortunados; lo que ha llevado a una intervención en cerca del 70% de la superficie del lienzo. Muchas de las obras que han sido restauradas, como el lienzo de San Pedro salvado de las aguas o El martirio de Santa Orosia han necesitado limpiezas profundas para quitar toda la suciedad acumulada y actuaciones más concretas sobre los bastidores y la capa pictórica.

Sin embargo otras han necesitado de otro tipo de técnicas para paliar problemas menos comunes, como es el caso de cuatro bocetos de Bayeu realizados sobre madera. Han sido sometidas a un laborioso proceso por el que cada tabla ha estado sometida durante tres semanas a una prensa que mediante humedad y presión ha logrado hacer desaparecer la curvatura, entre diferentes actuaciones de mejora.

 
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