La seguridad no está reñida con la experiencia educativa que supone un campamento de verano

Este verano se ha estrenado la nueva normativa relativa a acampadas, colonias o campos de trabajo en Aragón. Este Decreto, publicado el pasado 24 de abril, ha endurecido algunos requisitos, principalmente de seguridad. Obliga a presentar un plan de seguridad y ponerlo en práctica mediante un simulacro el primer día del campamento. También establece que los responsables deberán poder ponerse en contacto con el 112 en cualquier momento, aunque no haya cobertura de teléfono móvil. Con el nuevo decreto la ratio de monitores queda establecida en 10 chavales por cada monitor titulado o en prácticas.

Para Víctor López, responsable de una empresa que lleva 31 años organizando campamentos, “la normativa aragonesa es un ejemplo” y “ha afinado la responsabilidad para que esté más clara”. Hubo momentos en los que era un “desmadre”, explica este responsable de la empresa Sargantana. Los requisitos para acampar en la montaña no iban mucho más allá de conseguir el permiso del propietario, explica, y ahora hay más especificaciones como las de situarse lejos de un río, etc.

Víctor López cree que esta normativa debe ayudas a que las asociaciones o empresas de fuera de Aragón que llegan al Pirineo tengan claro a qué atenerse y es que “Aragón y, especialmente el Pirineo, son las zonas a las que más grupos de otras partes de España llegan”.

Toda esta normativa, explica López, no está reñida con la “experiencia educativa” que debe suponer un campamento, un campo de trabajo o un campus de verano. Estas actividades deben garantizar la manutención y el cuidado de los jóvenes, pero también una experiencia de educación en tiempo libre, que los chavales vuelvan cambiados, que hayan madurado y además de haber aprendido cosas, hayan vivido una experiencia de convivencia en grupo”.