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El crismón de la Catedral de Barbastro y la mitra de San Ramón, en el 25 aniversario de Las Edades del Hombre

Las aportaciones proceden de la Catedral de San Vicente de Roda de Isábena y de la de la Asunción de Barbastro.

Dos piezas de arte sacro procedentes de la Diócesis de Barbastro-Monzón, el crismón de la Catedral de Barbastro y la mitra de san Ramón, se exponen en la Catedral de Burgos dentro de la XXV edición de Las Edades del Hombre, Lux. La muestra, que coincide con el 800 aniversario de la catedral anfitriona, reúne hasta diciembre 120 obras de gran calidad artística y devocional, procedentes de 40 catedrales españolas. En el caso de la diócesis, las aportaciones proceden de la Catedral de San Vicente de Roda de Isábena y de la de la Asunción de Barbastro.

Se trata de dos piezas excepcionales. La mitra de san Ramón, fechada en el siglo XII y posiblemente realizada en un taller hispanomusulmán, es de uno de los mejores ejemplos medievales conservados en España. Actualmente se conserva en una vitrina a los pies de la nave del Evangelio de la seo rotense y conforma, junto al resto de objetos el denominado “ajuar de san Ramón”, uno de los primeros y más interesantes conjuntos textiles funerarios conservados en España.

En 1929 participó en la Exposición Internacional de Barcelona, en 1941, en la Exposición de orfebrería y ropas de culto. Arte español de los siglos XV al XIX, de Madrid y, veinte años más tarde, en El Arte Románico, 1961, Santiago de Compostela. En el año 1944 la pieza se exponía en el museo que se habilitó en una de las dependencias anexas a la catedral de Roda, hasta que fue robada en 1979 y posteriormente desmontada.

En 1983 se pudieron recuperar algunos fragmentos de decoración, pero no los cuatro tondos que poseía en origen en los frentes, dos en la cara delantera y dos en la trasera. Como el resto de la mitra, estaban bordados con hilo metálico sobre fondo rojo que representaban por pares la Manus Domini y el Agnus Dei. Actualmente se encuentran en paradero desconocido. Los trozos que se conservan muestran una rica decoración bordada de hilos de seda y metálicos en la franja del círculus y títulus y en los seis fragmentos repartidos en las ínfulas, rematadas por flecos rojizos unidos a éstas por un fino galón dorado. C. Partearroyo la clasifica como aurifrigiata, al estar bordada en sedas y oro.

En el año 1993, con motivo de la exposición Signos, arte y cultura en el Aragón medieval (Jaca, Huesca), la pieza fue restaurada por Ana Schoebel. Se sometió a una limpieza, alineación, sujeción de bordes y de bordados e hilos metálicos y el montaje de los 8 fragmentos decorativos sobre una réplica de mitra realizada en raso de seda según modelo original. Desde entonces, ha participado en las exposiciones Nuestros Orígenes. El tesoro de Roda, 1996, Zaragoza, Lux Ripacurtiae IV. Memoria de un patrimonio, 2000 Graus, Aragón, Reino y Corona, 2000 Madrid, Pasión por Zaragoza, 2018-2019, Zaragoza, y Lux Románica, 2020, Graus.

El crismón procedente de la catedral de Barbastro, magnífico ejemplo de altorrelieve tardomedieval realizado en piedra policromada, sale por primera vez de la Diócesis. Pudo pertenecer a la iglesia de santa Fe, de la misma ciudad, puesto que puede ponerse en relación estilística con los magníficos capiteles que conserva la portada de este templo, hoy día reubicada en la iglesia del cementerio del Cabildo en Barbastro. De excepcional calidad en cuanto a la talla, está realizada con gran delicadeza y preciosismo. La factura apunta una cronología próxima al siglo XIII, con la que se corresponde la policromía, que en el siglo XIV o XV recibió un repinte parcial.

En el año 2011 se hallaba empotrado en la clave del arco de una portada de yeserías que daba acceso a la denominada “Parroquieta” de la Catedral. Al encontrarse reubicada y a una altura que impedía su contemplación, se decidió su traslado al Museo Diocesano Barbastro-Monzón, previa restauración. Se analizó la policromía, tomándose una muestra de color azul. El resultado apunta a que el soporte podría ser una calcarenita o arenisca con cemento calizo. En cuanto a la policromía, se trata de pintura oleosa. Sobre una base negra, aplicada normalmente antes de aplicar azurita, de escaso poder cobertor, aparece una deteriorada capa de este pigmento mezclada con aceite de linaza. Sobre esta presenta un repinte de un pigmento azul arcilloso originario de los Pirineos, la aerinita. Ambos azules sitúan cronológicamente la pieza en un abanico entre XI y XV.

De forma rectangular, está orlado por 27 margaritas de 8 pétalos alternas con florecitas de 4 pétalos dispuestas en vertical. Representa el anagrama de Cristo sustentado por dos ángeles que apoyan sobre dos seres fantásticos, que encarnan el pecado y el mal -según J. A. Olañeta se trata de dos leones-. Consta de ocho brazos, resultado del cruce del monograma del nombre de Cristo -formado por las iniciales de su nombre en griego Χριστóς -ji (X) y Rho (P)- con un travesaño central, que completa la forma de rueda. De la X cuelgan alfa y omega, primera y última letra del alfabeto griego -Cristo como principio y fin de todas las cosas-.

En el centro de la intersección el Agnus Dei, Cordero de Dios, inscrito en una estrella de ocho puntas. En la parte inferior de la P se entrelaza una S, la última letra del nombre de Cristo en griego. Las letras se inscriben dentro de un círculo -símbolo de la inmutabilidad y perfección divina-, a modo de imago clipeata. Además de símbolo cristológico, el crismón también se interpreta con sentido trinitario.

 
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