Andrés Fernández salva los muebles del empate de la SD Huesca ante el Fuenlabrada (0-0)
El conjunto azulgrana acabó con diez tras la expulsión de Adolfo Gaich por doble amarilla y terminó con malas sensaciones
La SD Huesca no pasa del empate a cero ante el CF Fuenlabrada, en un partido en el que los de Ambriz estuvieron desaparecidos en ataque y Andrés Fernández se convirtiese en el salvador de la tarde. De más a menos, el conjunto azulgrana terminó el choque con diez tras la expulsión de Adolfo Gaich. En líneas generales, otro partido en el que el Huesca no es capaz de ser superior, aunque corta la sangría de tres derrotas consecutivas.
El equipo de Ambriz volvía a los orígenes de Eibar y Cartagena con la entrada de futbolistas como Pulido, Mikel Rico y Nwakali, ello añadido a otras novedades como la aparición de Ratiu y Pitta en el once inicial. Todo ello, en busca de lograr un mayor dinamismo, contundencia y presión tras pérdida ante el Fuenlabrada, que no lo perdió la cara al partido en los primeros minutos.
No obstante, el inicio del partido se saldaba con prácticamente ninguna ocasión, aunque con jugadores como Kanté que suponían un quebradero de cabeza a la zaga azulgrana. Aún así, el Huesca trazaba jugabas de dentro a fuera en busca de sorprender al conjunto de Oltra, el cual empezaba a notar las acometidas rivales llegado el minuto 7.
Las bandas eran el mayor peligro del Huesca. Sobre todo Marc Mateu y Ferreiro, incluido Ratiu que se prestaba a generar superioridad y buscar balones. Y es que, por el momento, quien llevaba la batuta del partido eran los de Ambriz. No obstante, el miedo llegaba en el minuto 16 con golazo de Iban Salvador, que finalmente fue anulado por claro fuera de juego aunque pudo haber sido distinto.
El Huesca seguía siendo dominador del balón, aunque escaso del ritmo suficiente como para sorprender y hacer mucho más daño. En ese sentido, el sufrimiento fuenlabreño era nulo momentáneamente, aceptando por completo esas tablas en el marcador. Hasta que apareció Ferreiro para recuperar un mal pase de los de Otra, estando a punto de batir a Altube por bajo.
Cuando todo parecía estar decantado hacia el Huesca, Pedro León ponía a prueba en el minuto 30 a Andrés Fernández. En una falta desde la frontal, el experimentado meta debía estirarse para evitar el gol, pues el disparo iba directo a las mallas entrando por su lado derecho. El Fuenlabrada seguía apretando con el paso del tiempo, no sin antes actuar Marc Mateu por la banda izquierda para evitar cualquier embestida. El balón parado hacía daño a los azulgranas, aunque sin llegar a términos de gol.
Con un Huesca de más a menos y un Fuenlabrada de menos a más, el encuentro se iba al descanso con empate a nada y con mucho que corregir todavía para ser claros merecedores de los tres puntos.
Tras el regreso de vestuarios, ambos conjuntos empezaron con el claro fin de adelantarse cuanto antes. Sin premio para los visitantes, el Huesca estuvo a punto de hacerlo por medio de Pitta, cuyo disparo se fue desviado por poco tras pase de Escriche a la frontal. Durante la segunda parte, el atacante paraguayo se mostró más activo, permitiendo al Huesca ganar ciertos duelos que hasta el momento no eran posibles.
Ambriz no se conformaba con eso, así que optó por retirar a Mikel Rico y darle minutos a Gaich para ganar altura y peligro en ataque. De esta forma, puso a sus tres delanteros en el verde, aunque durante el primer tramo no pareció ser lo más útil. Sobre todo, en un choque más que trabado en el que el Fuenlabrada estuvo a punto de salir ganando.
Desconcentrado por completo, Andrés tuvo que salvar a los suyos de nuevo tras un gran error defensivo. El experimentado portero tuvo que volar para despejar el gran disparo rival desde fuera del área, mostrando así el descontrol que vivía el Huesca rondado el minuto 65.
Superado el 73’, Salvador fue amonestado por simular un penalti supuestamente provocado por Ignasi Miquel, aunque fue una clara muestra de los minutos de incertidumbre vividos por los azulgranas.
Así, llegados al minuto 80, los azulgranas se resistían a empatar en casa, por lo que trataban de exigirle al Fuenlabrada más de lo que lo habían hecho hasta el momento. Sin acometidas notorias, lo que encontró el Huesca es la expulsión de Gaich. El delantero argentino veía la segunda amarilla tras golpear con el brazo a un rival, en una disputa de balón. Antes, vio la primera en una tangana.
Finalmente, el Huesca sumaba un punto y cortaba la sangría de tres derrotas consecutivas, aunque sigue sin mostrar sensaciones suficientes como para ser un equipo sólido y candidato a todo. Los de Ambriz deben seguir mejorando y trabajando en busca de un conjunto más compacto y menos ramplón.