Dani Escriche cree que el Huesca está "más vivo que nunca"

Hay muchas ganas en el vestuario de la Sociedad Deportiva Huesca que llegue el encuentro del domingo ante el Celta para luchar por tres puntos que pueden sacar a los oscenses del descenso. Es un momento clave y el vestuario lo sabe por lo que el choque ante los gallegos es muy importante de nuevo. El equipo entrenaba este jueves en una sesión donde se veía a Mosquera que poco a poco se va incorporando al grupo, aunque parece que todavía es pronto para su vuelta.

El Huesca es el mejor colista de las últimas 10 temporadas con 20 puntos en 25 jornadas, los mismos que tenía el Granada en la 2015/2016 en la que se salvó, según un informe de Transfermarkt. El dato negativo es que lleva una diferencia de -14 en goles, un registro que también juega a favor de los azulgrana, como el colista que mejor diferencia lleva en estos años y es que todavía se puede mejorar. Cádiz, Alavés y Elche tienen peor diferencia con -20, -19 y -15, respectivamente, en estos momentos.

La plantilla está con ganas y es que, como decía Escriche, la gente nos daban por muertos, nosotros seguimos trabajando y ahora estamos más vivos que nunca", señalaba el delantero. "Llevamos dos victorias en poco tiempo, los equipos que nos ganan lo hacen por la mínima y nuestro nivel de confianza es bastante grande. La clave es ir partido a partido y seguir en esta línea de intensidad y confianza. Creer en nosotros mismos".

Y avisa que el Huesca irá “a por todas contra el Celta. Tenemos sensaciones muy positivas” y destaca el vestuario y el momento, “hay muy buen grupo, somos una gran familia y eso se ha notado. Nadie ha bajado los brazos y estamos cerca de conseguir el objetivo de salir del descenso", apunta Escriche.

Reconoce que Pacheta le ha dado al equipo "intensidad a la hora de competir y se ha unido muy bien al grupo, ha ayudado mucho", y está "encantado con este sistema, lo practicaba en Elche con él. Mi cesión allí me dio confianza en cuanto a mi forma de jugar”. El ariete se siente bien “siempre me ha gustado jugar arriba y más con otros jugadores como Mir, Okazaki o Sandro. Mi gol con el Granada fue un desahogo, llevaba muchas oportunidades y no conseguía marcar. La competitividad con mis compañeros siempre es buena, te exige el máximo nivel. Si estás bien jugarás y si no, no", señalaba.