Dura derrota del Quebrantahuesos Rugby Club que complica la clasificación a los altoaragoneses

Hay un dicho en la lengua inglesa que se resume con la expresión “too little, too late”, que en lenguaje de la tierra de las migas y ternasco sería algo así como “a buenas horas, mangas verdes”. Esta expresión puede definir perfectamente lo sucedido el pasado sábado en el campo municipal de Olot, donde el Quebrantahuesos Rugby Club buscó su pase anticipado a la División de Honor Catalana.

Garrotxa-Banyoles es la fusión de dos clubs de rugby de la Girona interior con muchas similitudes con el QRC. Rugby rural, con mucha dispersión de jugadores, y que hacen de la necesidad una virtud. Equipos rocosos, intensos y donde tanto la lucha como un tercer tiempo generoso están siempre asegurados. El complejo deportivo de Olot es la culminación de muchos años de trabajo por parte del club de Garrotxa junto con el ayuntamiento de Olot, y un ejemplo de cómo se puede gestionar un espacio deportivo con respeto y cuidado por el entorno que le rodea. A bien seguro el QRC tomará nota de ello de cara al desarrollo del campo de los Sotos.

El partido comenzó muy frío para los visitantes y muy caliente para los locales. El Garrotxa enseguida entró en el partido y aplicó presión tanto defensiva como ofensiva. Los primeros 30 minutos fueron completamente del equipo de Olot, que fue tomando distancia a base de conversiones de golpe de castigo (min 2, 13, 25) y gracias a una jugada culminada por el mejor jugador del encuentro, Omaro Gumaneh (min 36). El QRC acabó al descanso con las manos vacías y el orgullo herido, por haberse dejado avasallar sin ofrecer apenas resistencia. Errores de pase, de conservación de balón y poca contundencia en los encuentros hacían perder el balón continuamente a los altoaragoneses, y en esta ocasión la melé no pudo o supo dominar a la contraria, con lo que las salidas del balón eran siempre bajo presión rival. El QRC estaba noqueado al descanso pero sabía que era cuestión de tiempo y de apretar las teclas adecuadas para que el Quebrantahuesos surcara de nuevo el vuelo y respondiera los golpes del rival.

En el segundo tiempo comenzó con el QRC recortando el marcador con un golpe transformado por Ángel (16 – 3, min 43). Sin embargo, una jugada desafortunada atestó un mazazo moral a los visitantes, una patada al espacio que botó directamente a las manos del antes mencionado Osman le proporcionó una ventaja indefendible que acabó en ensayo con transformación (23 – 3, min 46). El partido parecía visto para sentencia, pero el Quebrantahuesos ya había cambiado el chip, y este ensayo no hizo más que espolear a los oscenses a una remontada imposible. Con la conservación del balón por bandera, el QRC respondió golpe con golpe, placaje con placaje y poco a poco fue incrementando la presión sobre el equipo rival hasta que llegó el primer ensayo naranja (Kevin Manero, min 52). Faltaba todavía un mundo, pero el QRC creyó en la victoria y se lanzó a por ella a pecho descubierto. Fueron los mejores minutos de un Quebrantahuesos que recuperaba la estructura en ataque y hacía retroceder a los locales fase tras fase. A falta de cinco minutos para el final, un segundo ensayo del QRC ponía al equipo altoaragonés en situación de bonus defensivo y a tiro de piedra de la machada (23-17), pero las ganas de ganar sobrepasaron a un quebrantahuesos volcado que recibió la puntilla en una contra cuando más cerca parecía el ensayo visitante. Tras el pitido final, con 28-17 el amargor de la derrota se redujo gracias la ovación del público rival, una muestra de lo que significa este deporte para los amantes del oval y todo un ejemplo de respeto por el rival.

El QRC sale tocado de este partido, pero todavía depende de sí mismo para clasificarse en la División de Honor Catalana, aunque ahora el camino esté lleno d espinas. El primer escollo es la victoria con bonus en casa contra el BUC B, y finalmente el broche final será la visita al primer clasificado en la División de Honor Vueling la temporada pasada, el Sitges RC, de la cual el QRC deberá sacar un resultado positivo para seguir vivo en la máxima competición del rugby catalán.