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El Quebrantahuesos Rugby Huesca cae ante el Fénix de Zaragoza

El resultado fue de 45-3 favorable a los de Zaragoza

Con el resultado del 45-3 a favor del Fénix Emerging, filial del equipo de división de honor B, el Quebrantahuesos Rugby Huesca volvía de Zaragoza con el objetivo de mejorar de cara a próximos compromisos.

CRÓNICA DEL CLUB:

La vida se compone de pequeñas historias de alegría, tristeza, amor, sufrimiento, camaradería y traición. La cara y la cruz se alternan en cada lanzamiento de moneda, y es la capacidad de cada uno de quedarse con lo mejor de cada tirada lo que determina la maduración de uno mismo y su capacidad de encajar futuros golpes y celebrar victorias. El rugby, como una expresión más de la vida, tiene también esos pequeños momentos de gloria y miseria. El pasado sábado, al Huesca le tocó la cruz de la moneda, y a buen seguro, tomará nota de lo vivido para levantarse con más fuerza.

El equipo venía de una victoria importante contra un rival directo, y se enfrentaba al filial del mejor club de Aragón, el Fénix RC. El Fénix lleva muchos años rindiendo muy bien en la competición de plata del rugby nacional, y ha conseguido consolidarse como uno de los sospechosos habituales en los playoffs de ascenso a la DH de rugby. Su gestión de las escuelas es un ejemplo a seguir, con casi 200 niños y niñas y equipos completos en categorías s16 y s18. La jornada se presentaba exigente, ya que el primer equipo descansaba, con lo que varios jugadores habituales en DHB pasaron a formar parte de su convocatoria. El Huesca lo sabía y estaba dispuesto a recoger el guante, era una medida de comprobar como de maduro estaba el equipo y de saber si era capaz de competir a un nivel de exigencia mayor. La ciudad del viento recibió a los altoaragoneses haciendo honor a su nombre, circunstancia que afectó en gran medida el juego del Huesca, que no supo adaptarse a un entorno incómodo para el juego a la mano.

El partido comenzó con una presión alta del Fénix, que estuvo a punto de ensayar en los primeros 5 minutos, situación de la cual salió airoso el Huesca. Muy pronto se encontraron las dos delanteras en uno de los duelos apasionantes del partido, como fue la disputa de la melé. El Huesca dominaba esta fase, aunque con gran esfuerzo; en estos primeros minutos la indisciplina de Fénix permitió a los blanquiverdes encajonar a los locales en su línea de 5. Tras varios intentos de touch-maul, la delantera del Fénix salió viva del acoso visitante, una pequeña victoria moral para los azulones y una losa en la de los visitantes. El Huesca seguía intentándolo, pero un error en la circulación de balón acabó interceptado por el 7 local, que plantaba entre los palos. Era el minuto 13, y la sensación de impotencia empezaba a aflorar entre las filas altoaragonesas. No obstante, el Huesca no cejó en su intento, y continuó dominando el juego sin resultados en puntos. Finalmente, un golpe de castigo transformado por “patapalo” Citoler acercaba el marcador (7-3, min 30). Poco le duró la alegría al Huesca, la línea de defensa no se aplicaba con la contundencia necesaria y el Fénix aprovechaba de nuevo los errores visitantes para distanciarse en el marcador (12-3, min 33). Justo antes del descanso, un nuevo ensayo del Fénix, de nuevo a causa de una cadena de imprecisiones y falta de contundencia defensiva del Huesca alejaban a los visitantes de una posible victoria (19-3). Las sensaciones del Huesca no eran buenas; por una parte, había dominado la posesión, pero sin haber sacado rédito alguno; por otra se notaba una falta de intensidad inusual en estas situaciones, la impresión de que era un partido que no se podía ganar, aun faltando la mitad del partido y a una distancia asequible. La presión no era alta, el balón dividido siempre iba hacia los locales, todo lo contrario que el Fénix, muy intensos en el contacto, y rápidos en las transiciones defensa-ataque. El viento no ayudaba, pero en vez de ajustarse a la alta presión del Fénix con pases más cortos y más profundidad, el Huesca atacaba parado y plano, sin ideas ni alma. El segundo tiempo, y las rotaciones de jugadores consiguientes tampoco consiguieron revertir la situación; tras un “inpass” de casi diez minutos, el Fénix apretó el acelerador y el Huesca se acabó derrumbando, tras dos ensayos en tres minutos, el primero de pick n’ go y el segundo tras una buena incursión del 9 local, Lucas Lievremont. La bisagra francesa del Fénix consiguió activar brillantemente unos centros que fueron todo un dolor de cabeza para el Huesca durante todo el partido. El marcador se completaría con dos ensayos más, hasta alcanzar un doloroso 45 – 3.

Una vez finalizado el encuentro cabe resaltar varias conclusiones; primero, el Huesca es todavía un equipo que ha de aprender compostura en las grandes citas, ya que el resultado no refleja la capacidad competitiva del equipo. El sábado dio la impresión de que la incorporación de jugadores de DHB al Fénix Emerging pesó en demasía en la mente del Huesca y el equipo salió agarrotado al campo. Segundo, los jugadores adolecen de flexibilidad a la hora de cambiar el “plan A”; esto es, cuando las condiciones del partido o la táctica rival hacen mella sobre el juego de Huesca, le faltan mecanismos para adaptarse y buscar alternativas fiables con las que sacar adelante el encuentro. Finalmente, y a pesar de todo lo dicho, es una alegría el poder disputar este tipo de encuentros, que te enseñan que el rugby va más allá de la lógica y la teoría, que tiene alma, corazón y vida, como diría la canción, y que sin ellos no es posible crecer como equipo. La grandeza de un equipo no solo se ve cuando levanta victorioso un trofeo sino cuando se levanta del suelo tras una derrota, aún más cuando son tan dolorosas como la vivida el pasado sábado.

XV Inicial: Dueso Mochu, Diego, Satán, Pablo, Noel, Pablito F, Febas, Heko, Bardina, Willy, Edgar, Chucho, Aitor, Gabi. También jugaron Mallén, Panoramix, Miguel, Camarón, Mate, Laca y Gonzalo.

 
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