Agua, agua-nieve y nieve en abril en La Ribagorza
No se registraban incidentes salvo el uso de cadenas para circular por algunos puntos y varios desprendimientos de piedras
La Ribagorza volvía a teñirse de blanco en las últimas horas. La borrasca no sólo dejaba nieve, también agua, y agua-nieve, descenso de las temperaturas y dificultades en algunas carreteras provocadas, en unos casos por las nevadas y, en otros, por los desprendimientos de rocas.
La nieve dificultaba, este miércoles, a primera hora la circulación en tres carreteras, la N-260 entre Noales y Bisaurri, la A-2617 de Cerler a Ampriú y la A-1605 de Roda de Isábena a Bonansa. Además, hasta el sábado a las 12h la A-139 de Senarta a Llanos del Hospital está cerrada por previsión de nevadas e importante acumulación de espesores.
Además, los servicios de vialidad invernal se afanaban en la limpieza de las vías provinciales y locales, puesto que, en algunos puntos, se acumulaban hasta 50 centímetros de nieve.

También era importante la acumulación de lluvia que reflejaban los pluviómetros más de 42,2 litros en 24 horas en Ésera-Campo, 52,6 en Isábena-Capella, o 61 litros en Castigaleu. A las 14 horas el río Ésera registraba un caudal de 117m3/s y el embalse de Barasona, a las 17 horas, estaba al 94,32% de su capacidad.

No se registraban incidentes importantes en las carreteras a excepción de desprendimientos de rocas, en la A-139, cerca de Besians que obligaban a circular con paso alternativo y en Panillo, en la carretera provincial hacia Troncedo y La Fueva, que se cortaba hasta que se retiraban las rocas.
