Segundo taller de Guayente a la Carta en Femenino

Este miércoles continúa desarrollándose en la Escuela de Hostelería de Guayente el ciclo, que se iniciaba la pasada semana, ‘Guayente a la Carta en Femenino’. En esta ocasión, participarán dos jefas de cocina, Beatriz Alllué, del restaurante El Origen, y Mariola Oriol de café bar El Punto que cocinarán a cuatro manos un menú basado en el concurso de tapas que cada año se organiza en Huesca. En sala estará la sumiller Silvia García, del restaurante Mugaritz.

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La primera jornada de este ciclo tuvo lugar el pasado miércoles día 9 con el taller a cargo DE Begoña Martín, del restaurante Casa Chongastán de Chía, y Paulina Amieva, del Café Villa Campa de Huesca, en el que se elaboró un equilibrado menú entre cocina mexicana y cocina del valle de Benasque. Tras la degustación del menú se celebró una charla coloquio con la escritora Luz Gabás, en la que se habló de la importancia de hacer visibles a las mujeres, no sólo en hostelería, si no en todos los ámbitos profesionales.

Este ciclo de Guayente a la Carta en Femenino cumple, en 2018, su segunda edición, ya que, hace cinco años, en 2013 ya se realizó una primera, puesto que, se observó que el número de alumnas era muy inferior al de alumnos, en el ámbito formativo de la hostelería, y se consideró desde la dirección de la escuela que había que potenciar el papel de la mujer en cocina y en sala. Este año se decidió retomarlo con apoyo de la Escuela de Hostelería y Turismo de Huesca y Gobierno de Aragón.

El objetivo del proyecto no es otro que el de ayudar a dar visibilidad al trabajo de las mujeres en el contexto de la hostelería, tanto en cocina como en sala.

Restarán todavía dos jornadas más, los días 23 con la participación, de Teresa Gutiérrez, responsable de formación on line de Masterchef y Pilar Torres, jefa de pastelería de Guayente, y, en sala, Ana Acín y Jimena Lastra.

La jornada de clausura, el miércoles 30 de mayo, contará, en cocina, con Pepa Múñoz, del restaurante madrileño El Qüenco de Pepa, y en sala, una antigua alumna y una profesora de la escuela.

Grasa destacaba que para los alumnos esta experiencia, la oportunidad de convivir con estas profesionales, es un modelo que les puede permitir también visualizar su futuro profesional, y, mostrarles, que hombres y mujeres, en cualquier contexto profesional trabajan codo con codo.

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