Huesca honra a su patrón con flores, frutos y jotas

Miles de oscenses cumplían con una de las tradiciones que ponen los sentimientos laurentinos de la ciudadanía a flor de piel. Miles y miles de flores y frutos conformaban este jueves la gran parrilla que cada 15 de agosto preside la fachada de la basílica de San Lorenzo. La imagen era de nuevo para guardar en el recuerdo por la indumentaria regional que vestían pequeños, jóvenes, adultos y ancianos, todos unidos para agradecer al patrón de la ciudad su protección y por brindar estos siete días de fiestas patronales tan emotivos. El busto de San Lorenzo se ensalzaba reluciente en su peana ante la mirada atenta de los vecinos que no podían perderse el mosaico de colores y aroma de las flores y los frutos que ofrecían en señal de homenaje y bendición.

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Durante la entrega de las familias de sus ofrendas al Santo, los principales grupos folclóricos de la ciudad, que este año han ostentado la Parrilla de Oro del consistorio oscense por su difusión del folclore aragonés y de la cultura, interpretaban jotas frente a la Basílica de San Lorenzo y recibían el calor y el aplauso de los vecinos y animaban un momento tan especial y tradicional de las fiestas.

El tiempo respetaba con una temperatura agradable que invitaba a relajarse y admirar el rosario de trajes típicos de la región, bailes y dances y, al fin y al cabo, una nutrida representación de entidades, agrupaciones, cofradías, peñas recreativas, mairalesas y numeroso público que este año sí que podían lucir todo su repertorio porque cabe recordar que hace dos años la lluvia empañó esta fiesta.

En esta ocasión, Asun Sierras, cofrade de la cofradía del Santo Cristo de Los Milagros, leía la oración, con un rostro que mostraba su ilusión por este privilegio.

Era además la última ocasión este año en que el público podía ver la actuación de la Agrupación de Danzantes en un año en el que Pascual Campo ha cedido la función de Mayoral a Francisco San Emeterio, el siguiente por edad en activo en la Agrupación y que ya ejerció como tal en funciones el pasado año.

Los actos de la última jornada festiva terminaban con la trigésimo primera edición de la Despedida al Santo y con la traca final de las fiestas, en ambos casos seguidas por miles de oscenses que despedían las fiestas.