Huesca recuerda con la "Pionera" el primer recorrido en bicicleta de España

La Pionera no es una actividad cualquiera, y más cuando ha cumpido el 151 º Aniversario de la Marcha Huesca-Zaragoza-Huesca que realizaron el 20 de Marzo de 1868 Mariano Catalán y Gregorio Barrio. Fue la primera gran "randonée" del ciclismo español. Organizada por El Pedal Aragonés, desde hace cuatros años se viene recordando esta gesta con esta Marcha bautizada como La Pionera y que se ha celebrado este fin de semana

"Tratamos de buscar el máximo sentido y la mayor conexión con aquellos dos pioneros oscenses. Por eso la marcha es nocturna, tal como hicieron ellos. Y por eso este evento es exclusivamente para bicicletas clásicas", señalan desde la organización. En esta edición se daban cita 28 ciclistas de los cuales 3 eran de la categoría femenina que antes de partir hacia Zaragoza realizaban, capitaneados por el mítico Adolfo Bello, el recorrido del gran premio San Lorenzo de Ciclismo que se realiza el 15 de agoto.

Se salia a las tres de la madrugada para llegar a Almudévar sobre las cuatro y media para reponer fuerzas con Trenza de Almudévar por gentileza de Tolosana y eran recibidos en la Casa de la Cultura de la localidad. Se continuaba hasta Villanueva para almorzar. Posteriormente se llegaba a Zaragoza por el Puente de Piedra hasta Santa Engracia, tal como hicieron Catalán y Barrio. Un jornada nocturna que este año contaba con una buena temperatura y buen ambiente.

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HUESCA-ZARAGOZA

El viaje de Catalán y Barrio a Zaragoza se inició el 20 de marzo de 1868 con salida a las cuatro de la mañana de Huesca. Les dio la despedida como si a las Américas se fueran, Domingo del Cacho, cuñado de Gregorio Barrio. La marcha fue lenta y tuvieron que descansar varias veces pues los biciclos eran extremadamente pesados, pero a eso del mediodía llegaron a Villanueva de Gállego, cubriendo hasta ese punto aproximadamente sesenta kilómetros.

Allí comieron y descansaron para acometer la entrada a Zaragoza a las cinco de la tarde. Atravesaron el Puente de Piedra, San Gil y llegaron hasta la Plaza de Santa Engracia "con gran sorpresa y admiración de los zaragozanos que recibieron con agrado la visita de nuestros oscenses", relata Vicente Cajal.