CHA recuerda al Ayuntamiento que debe eliminar denominaciones franquistas de las calles

Según la Ley de Memoria Democrática de Aragón, hasta el próximo 8 de noviembre tienen de plazo los ayuntamientos para la retirada de "denominaciones de calles, vías o lugares públicos que rindan homenaje a militares o políticos afectos al golpe de estado o al régimen franquista". Una situación que desde Chunta Aragonesista le recuerdan al Ayuntamiento de Huesca.

Para Sonia Alastruey, coordinadora del Ligallo de Lugar de CHA-Huesca, "resulta lamentable que mientras en muchos municipios durante estos últimos años se ha dado cumplimiento a la Leyes de Memoria Democrática para actualizar el callejero y hacer desaparecer las denominaciones golpistas y franquistas, un alcalde del PSOE no dé ningún paso en esta línea".

Consideran que el callejero de Huesca requiere de forma urgente de una revisión y depuración rigurosas, eliminando denominaciones de golpistas y franquistas que avergüenzan a los demócratas cuando se conocen los detalles de las referencias que dan nombre a algunas de nuestras calles.

El listado en Huesca es extenso, desde los Porches, conocidos en primer lugar como de Verdejo, posteriormente de Vega Armijo y ahora, de Galicia, que no están refiriéndose precisamente a la nación gallega, sino a la Legión Gallega, integrada fundamentalmente por falangistas; o un espacio que popularmente aún se conoce como Plaza de Zaragoza, y que fue rebautizado por el ayuntamiento franquista como Plaza de Navarra, (exaltando a los Requetés del Tercio de Doña María de las Nieves); la calle Voluntarios de Santiago (cuerpo paramilitar que apoyó a los golpistas contra la República), calle Rioja (en recuerdo a la presencia en la ciudad de falangistas de Logroño que vinieron a Huesca a reforzar a las tropas sublevadas), o el largo listado de alcaldes franquistas que no fueron elegidos democráticamente.

Consideran "imprescindible y urgente" la elaboración de un informe, con el concurso de historiadores cualificados, que analice los nombres de calles y plazas cuyos nombres sean susceptibles de modificación por incumplir la legislación vigente.

Alastruey considera que "es hora de cumplir la ley y de que la ciudadanía perciba signos evidentes de readaptación a los nuevos tiempos, lo cual requiere un activismo social orientado a desmitificar estereotipos y verdades dadas que ninguna institución democrática debe avalar por mucho que estén arraigadas en la cultura dominante, y por ello en Huesca no se puede honrar ni dignificar a personas e instituciones que persiguieron a quien defendía la libertad y la democracia".