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El año de la incertidumbre, 466 muertos después

Crónica de los doce meses de la pandemia de la covid-19, un tiempo que ha cambiado la vida de todos los altoaragoneses<br>

Tal día como hoy, el 12 de marzo de 2020, se notificó de forma oficial el primer caso de coronavirus en la provincia de Huesca. Fue un concejal del Ayuntamiento de Huesca, Antonio Laborda, que había estado en un acto multitudinario de su partido, Vox, en Madrid. Un año después, la provincia ha registrado 16.384 contagios y 466 muertes asociadas a este virus, el Sars Cov-2, del que nos hemos acostumbrado a hablar y del que no habíamos tenido noticia hasta principios de 2020.

La vida ha cambiado y una incertidumbre nunca antes conocida se ha instalado en nuestro día a día. La realidad superaba la ficción y ni siquiera el director general de Salud Pública del Gobierno de Aragón acertaba a prever lo que llegó a todos los españoles tan sólo 16 días después, cuando no se imaginaba que los confinamientos de millones de habitantes en China pudieran decretarse en países occidentales como España. Pero el 14 de marzo, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, decretó un Estado de Alarma que prohibía la salida a la calle de todos los españoles salvo por excepciones de primera necesidad.

Se habló de un tipo de gripe, durante semanas las noticias eran confusas y la falta de certezas dio paso al miedo y a unos primeros meses en los que no pudimos salir de nuestras casas. Y asomó diariamente el sentimiento de comunidad y reconocimiento a los sanitarios y trabajadores esenciales que no querían llevar la capa de héroes, querían EPIs y mascarillas que no llegaban. Trabajaron con bolsas de basura, reutilizaron equipos de protección y se contagiaron.

La gestión de la primera pandemia mundial que ha vivido nuestro sistema sanitario derivó en la condena judicial al Gobierno de Aragón por no proveer de suficientes sistemas de protección para los sanitarios, y también en la dimisión de la consejera de Sanidad, Pilar Ventura, tras decir que se permitía hacer material casero a los sanitarios porque era "incluso un estímulo" para ellos.

La presión a la que han estado sometidos los responsables sanitarios públicos tampoco tiene precedentes. El gerente del Servicio Aragonés de Salud, Javier Marión, no pudo evitar romperse durante una rueda de prensa de marzo, donde habló de un fin de semana “muy duro”, agradeció las donaciones de empresas y el trabajo de los profesionales.

Casi la mitad de los fallecidos vivían en residencias de nuestra provincia
Los equipos de protección individual no llegaron en tiempo y forma a los sanitarios, a los trabajadores de las ambulancias o a las residencias de ancianos, convertidas en el triste símbolo de una lucha que los ha tenido más de 365 días sin poder salir de sus residencias, semanas entre las cuatro paredes de su habitación, y un largo año sin abrazar a sus familiares. La incertidumbre de hijos e hijas que no sabían cómo se encontraban sus familiares fue cruel. Muchas víctimas fallecieron sin una despedida de sus familiares. Los responsables de las residencia se vieron obligados a improvisar protocolos que no existían y algunas se hospitalizaron y vieron morir a residentes. Casi la mitad de los 466 fallecidos se han registrado en las residencias. 210 residentes han muerto con covid-19 según la estadística oficial del Gobierno de Aragón (en un primer momento se contabilizaron las víctimas con síntomas compatibles y tras ello, quienes tuviesen un contagio probado).

Morir sin despedida de los tuyos
Se buscaban respiradores y se ampliaban las UCI de los hospitales. En Universitario San Jorge llegó a duplicar sus camas de UCI. Cada día, una veintena de personas luchaban por respirar enganchados a sus máquinas, y muchos consiguieron salir con vida, pero 466 altoaragoneses no han conseguido superar la enfermedad. En el año en el que otras enfermedades como la gripe prácticamente desaparecieron, el exceso de mortalidad por cualquier causa fue de más de un 10% según el Instituto Nacional de Estadística. Se llegaron a paralizar operaciones no urgentes, ha afectado a la prevención de otras enfermedades como el cáncer. Esta “guerra” ha requerido del trabajo y la colaboración de todos y vecinos de todos los rincones de la provincia se pusieron a coser mascarillas y batas. También empresas y empresarios paralizaron su producción para atender esta situación de necesidad.

El Alto Aragón ha vivido cuatro oleadas de contagios por la covid, una más que a nivel nacional. Nuestras libertades han sido recortadas para salvar vidas, y las consecuencias han ido más allá de la pérdida de vidas humanas. La economía vive momentos nunca antes vistos, en especial sectores como los del turismo y la hostelería.

No ha habido fiestas, hemos conocido el término "fatiga pandémica", el teletrabajo nos vino de sopetón, vivimos 99 días en el primer Estado de Alarma, y de ellos 42 días encerrados en casa hasta que, el 26 de abril comenzó la desescalada. Primero para los niños, que llevaban meses sin clases presenciales, y durante una hora diaria. Parecía ciencia ficción y no lo fue. Ha sido un año duro y de cuenta atrás. Una de las metas más esperadas, la llegada de la vacuna. Y llegaron, y aunque tampoco con todas las certezas desde el principio. La vacuna más esperada ha sido la más cuestionada.

Los contagios en residencias bajan un 80% con las vacunas
El Alto Aragón cuenta con más de 30.000 dosis de las vacunas administradas. La primera fue Lidia Navarro. 84 años. Vive en la residencia Somontano de Barbastro y a pioneros como ella le debemos que el 87% de los trabajadores de las residencias hayan querido vacunarse.
Su eficacia se demuestra con datos como éste: los contagios en las residencias se han reducido desde el comienzo de la vacunación un 80%. A finales de febrero de 2021 la consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales anunciaba que los residentes podrían volver a salir a la calle más de 1 año después.

Más de un fallecido de media diaria en este 2021
Pero sanitarios y autoridades nos piden responsabilidad. El virus sigue allí, los contagios continúan, las tendencias son muy frágiles y se frenan con gran esfuerzo de nuestra economía y libertades, pero los fallecimientos no han cesado. Más de una persona diaria ha perdido la vida en nuestra provincia en los comienzos de este 2021. Desde el 1 de enero han fallecido con covid en el Alto Aragón 73 personas.

Programa especial de Radio Huesca la pandemia un año después

01:18:42

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