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SOCIEDAD

La ONCE muestra, con un "desayuno a ciegas" el día a día de las personas con discapacidad visual

La semana de la ONCE busca, con estas actividades, concienciar a la sociedad sobre sus necesidades<br>

Desayuno a ciegas de la ONCE

El bocadillo a las 12, el croissant a las 3, los churros a las 9, la taza de café con leche a las 10 y el vasito de zumo a la 1. Imaginar el plato como un reloj. Es el modo cómo una serie de invitados por la ONCE han desayunado a ciegas, con un antifaz sobre sus ojos y sin ver dónde estaban, cómo eran las mesas, ni qué comían. Pero las indicaciones de la técnico en rehabilitación hacían más fácil el ponerse en la piel de una persona ciega, encontrando de forma relativamente fácil lo que tenían a su alcance. Aunque luego había que cortar, o que untar, y ya no era tan evidente.

Actuaciones como las mostradas por esta organización, en el transcurso de la semana de la ONCE, sirven para empatizar con ellos, respetar y comprender. Raquel Pérez, delegada territorial de la ONCE en Aragón se mostraba muy satisfecha por la acogida que esta semana ha tenido en Huesca. Recordaba que con actividades como esta, se busca que cualquier persona que no tiene discapacidad visual se ponga en su piel y sienta lo que ellos sienten, empatizando con ellos, con el objetivo de que la sociedad trabaje para ser cada vez más normalizada para todos.

La experiencia es útil. De entrada, perder la visión, aunque sea temporalmente, lleva a sentirse inseguros, por lo que permite constatar las dificultades diarias a las que se enfrentan las personas ciegas o con discapacidad visual. El presidente de CADIS Huesca, Francisco Ratia, consideraba este desayuno como una "experiencia" para poder conocer las sensaciones que se tienen y las situaciones por las que atraviesan estas personas.

En el momento de empezar a llevar el antifaz, se constataban varios cambios. Una mayor rigidez en la postura, sensación de inseguridad, o necesidad de encontrar voces conocidas. Además, hay que agudizar otros sentidos como el oído, por lo que cuanto menos ruido ambiental, mejor.

La ONCE cuenta con técnicos en rehabilitación que entrenan a las personas ciegas para que sean capaces de desenvolverse en la vida, no solamente a la hora de comer, también en la calle o en situaciones cotidianas. Rosa Lagrava, técnico de rehabilitación recordaba que una persona sin visión pierde el control del espacio y surgen dificultades a las que no están habituados. Pero aseguraba que no es lo mismo una persona que pierde la vista, a quien se le da entrenamiento sensorial de todo tipo, que alguien que, como los invitados al desayuno, vivían esta situación de forma puntual. En todo caso, recordaba que las ciudades son muy complicadas, y que actividades como esta deberían servir para hacerlas más accesibles para todos.

Finalmente, la gerente de la Asociación Provincial de Hostelería, Silvia Fernández, también presente en el desayuno reconocía que había sido una situación complicada y pensaba en cómo, los trucos mostrados, podrían ser adoptados por los asociados para favorecer la atención a personas ciegas en bares y restaurantes.

 
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