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La reforma de Ramón y Cajal supondrá una modernización de la superficie y el subsuelo de un paseo de los años 70

Además, se reorganizará la circulación por la zona

Los trabajos previos para el inicio de las obras de reforma del paseo Ramón y Cajal han comenzado esta semana. Está previsto que finalicen la primera semana de septiembre, cuando se podrá firmar el acta de replanteo con la empresa adjudicataria, el grupo MLN, Mariano López Navarro, S.A. Se trata de un proyecto que se ejecutará en tres fases, la primera desde la rotonda de Pedro Arnal Cavero y la avenida Los Danzantes, hasta la confluencia con José M.ª Lacasa y Luis Mur Ventura. El arbolado, las barreras arquitectónicas y el mobiliario urbano serán los aspectos fundamentales en los que se actuará.

Pero en el subsuelo también se llevará a cabo un trabajo importante. La actuación en esas instalaciones subterráneas es lo que ha llevado a comenzar por la zona más alejada a la plaza de Santo Domingo. Así pues, la zona junto al puente del Isuela es la que se encuentra en la cota más baja, con una mínima pendiente del 1%, que garantiza que las aguas residuales salen por gravedad y a una velocidad baja, de ahí que sea necesario empezar por allí.

El proyecto abordará una necesaria renovación del arbolado y de las zonas verdes del paseo. Se retiran los árboles que estaban enfermos, y se conserva y dignifica el resto, llegando a plantar hasta 80 ejemplares nuevos. El paseo Ramón y Cajal es una calle aparentemente muy sectorizada y con muchas barreras. Con la reforma se va a intentar que desaparezca esa sensación y la calle se “lea” como una única plataforma, con lo que se mejorará mucho la circulación peatonal. Y por último, se cambiará el mobiliario urbano, que adquirirá una cierta coherencia con todas las obras de peatonalización anteriores que se han realizado en la ciudad, en los Cosos o en la plaza San Antonio.

Todos estos trabajos supondrán la reducción del tráfico y una importante ampliación de las aceras, intentando conservar la mayoría de las plazas de aparcamiento. También se reducirán a dos los carriles centrales y se eliminará el carril lateral de los números pares, quedando solo un carril de servicio en el lado de los impares. Esto es debido a que ésta es una calle peculiar: no es simétrica, sino que debido a la presencia de la larga hilera de cedros, toda la calle está echada hacia el lado de los números pares.

El plazo para la ejecución de las obras en esta primera fase está fijado en entre 6 y 9 meses, dpenediendo de las dificultades o “sorpresas”, que se puedan encontrar cuando se excave a 5 metros de profundidad.

 
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