Problemas de drenajes y los barrancos causan las inundaciones de la N-240 a la altura de Quicena
El alcalde de la localidad se queja de que la administración les pone trabas para limpiar los barrancos
El acceso a Huesca por la N-240, junto al cruce de Quicena, quedaba anegado a primera hora de ayer tras la fuerte tormenta que descargó. Un coche se quedó averiado, parado en medio del gran charco que se formó en la zona, mientras el resto de vehículos circulaban con mucha dificultad y en la mayoría de los casos optaban por coger la variante para entrar en la ciudad.
El alcalde de Quicena, Javier Belenguer, asegura que esta es una constante en la zona desde que se construyó la variante carretera de entrada a Huesca. En su opinión, el proceso constructivo estableció unos drenajes inferiores por la carretera que no están bien dimensionados. Por ello, cada vez que llueve con fuerza se inunda el cruce.
Al problema de los drenajes se suman los barrancos que hay en esta zona. En este punto confluyen varios barrancos, que en caso de lluvia transportan mucha agua y no siempre están bien limpios. Belenguer critica que los ayuntamientos se encuentran con no pocos problemas burocráticos cuando quieren ser ellos los que limpien el monte o los barrancos, en un proceso que no les competería, pero que quieren hacer para evitar problemas posteriores.
El alcalde insistía en la necesidad de que se deje de poner trabas a las administraciones, cuando lo que quieren hacer es limpiar barrancos.
Ahora les da miedo lo que puede suponer la construcción de la autovía, y que si no se tienen en cuenta todos estos problemas, se multiplicarían las afecciones cada vez que llueva.
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