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Un 37% de los trabajadores sufre el síndrome postvacacional

La cifra ha ascendido respecto al año anterior, que se situaba en un 33% 

Comienza la cuenta atrás para la llegada del mes de septiembre y, con él, la vuelta al trabajo y la rutina de la mayoría de los trabajadores. Un retorno que, para algunos, se convierte en una situación negativa y estresante que puede desembocar en el denominado síndrome o depresión postvacacional. Según una encuesta realizada a 1000 empleados por el Grupo Adecco, el 37% de los trabajadores sufre el síndrome postvacacional al reincorporarse, un cifra superior al año anterior, cuando se situaba en un 33%. 

Además, una parte importante de las personas que no padecerán estos síntomas, sí que sufrirán cuadros de fatiga o estrés. Estos desajustes en el cuerpo son característicos de países en los que se disfruta de periodos largos de vacaciones. Aunque España no es de los países que más vacaciones tienen los trabajadores, se tiende a aglutinarlas en el verano y no se reparten a lo largo del año como en otros Estados. 

El entorno laboral juega un papel elemental en ese proceso de adaptación. Si el entorno es negativo, el trabajador encontrará mayores dificultades a la hora de reincorporarse, mientras que será mucho más sencillo para aquellos que desarrollen su actividad profesional en un ambiente agradable y positivo. Entre los factores que contribuyen al desarrollo de este síndrome están las malas relaciones entre compañeros, las tareas repetitivas y los jefes poco motivadores.

La falta de tolerancia a la frustración y a resiliencia es otra de las causas de este problema. Los trabajadores que tienen una menor tolerancia a la frustración y que son menos resilientes son los más susceptibles de padecer depresión postvacacional. El cambio de situación que se vive al finalizar las vacaciones y recuperar la “normalidad” resulta más complejo para aquellos que no saben gestionar de forma eficaz los cambios. 

Los síntomas son diversos y cada persona los experimenta de una manera diferente. Sin embargo, las señales más habituales son la apatía, el cansancio, la falta de energía y la dificultad para concentrarse en las tareas. Otros síntomas frecuentes en estos trabajadores son los trastornos del sueño, el nerviosismo, el estrés o, incluso, la tristeza. En los casos más extremos, se pueden manifestar en forma de ataques de ansiedad, dolor de cabeza o malestar general. 

Retomar el horario de sueño habitual de los días de trabajo de manera paulatina, no volver del lugar de vacaciones el día anterior a la vuelta al trabajo o dividir los días de vacaciones a lo largo del verano son los consejos que ofrecen los expertos para prevenir el síndorme. 

 
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