Las obras de la autovía Huesca-Siétamo avanzan con varios puntos paralizados por un modificado en el proyecto

Los obras de construcción del último tramo que dará por terminada la autovía A-22, el comprendido entre Huesca y Siétamo, avanzan con normalidad. Las máquinas han vuelto a trabajar una vez que el terreno ha sido accesible tras el paso del temporal Filomena.

Todo ello, pese a que sigue sometido a información pública un proyecto de trazado del modificado nº1 de estas obras. El presupuesto adicional de esta modificación anunciada el pasado diciembre por el Ministerio de Transportes ascendía a 4,3 millones de euros y principalmente servirá para atender reposiciones de servicios como torres de alta tensión, entre las más destacadas.

En este sentido, sigue en información pública el trámite de expropiación de varios terrenos para recolocar la línea de alta tensión y permitir los trabajos en los puntos afectados. Según aseguran fuentes de la Subdelegación del Gobierno de Aragón, en la parte de las obras que no están sujetas a este trámite, los trabajos se han retomado con normalidad tras el temporal.

La autovía A-22 está completamente en servicio entre Lleida y Huesca, con la excepción de este tramo, Siétamo-Huesca, cuyas obras se iniciaron en agosto de 2018. Este último tramo de la autovía A-22 entre Huesca y Lleida es uno de los de mayor demanda por encontrarse en las cercanías de la capital oscense, ya que la N-240 soporta una media de 11.000 vehículos diarios en este ámbito.

El trazado atraviesa los términos municipales de Siétamo, Loporzano, Quicena y Huesca. En los primeros ocho kilómetros se construye una autovía de nuevo trazado, mientras que para el resto se llevará a cabo un desdoblamiento por el lado norte de la carretera N-240 a lo largo de la Ronda Norte de Huesca, hasta la conexión con la autovía A-23.

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