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El precio de morirse puede llegar a los 5.000 euros. La media en España 2.300 €

El acto social de morirse resulta cada vez más caro. Hay quien, sobre todo las personas mayores, dedican durante años una parte de sus ingresos mensuales para asegurarse un lugar en el cementerio y unas honras fúnebres dignas para que, a la familia, no le suponga un desembolso grave. Al final, sumando todos los gastos, un entierro puede alcanzar y superar los tres mil euros.

El coste medio de un servicio funerario ronda los 2.300 euros, según un estudio de la OCU, que sitúa a Barcelona como la ciudad donde es más caro morirse y Zaragoza y Málaga las más baratas, al tiempo que denuncia la "falta de información y transparencia" de las empresas funerarias.

Aquí en Huesca un entierro medio, sin grandes lujos pero con todo lo imprescindible, puede llegar a los 3.000 euros. El gasto en un féretro supera los 600 euros, la cesión de un nicho por 49 años oscila entre los 600 y 1300 euros. Si la inhumación es en tierra, los precios pueden ir desde los 200 a los más de tres mil para una cripta familiar.

El habitáculo mortuorio se completa con las lápidas, las esquelas en los medios de comunicación, flores, velatorios o gestión y tramitación de un coche fúnebre. Al final, la suma puede superar los cinco mil euros. El precio que cuesta morirse hoy en día.

EL ESTUDIO

El análisis presentado por la Organización de Consumidores y Usuarios señala que, tras la liberalización del sector en 1996, todavía existen situaciones de monopolio por lo cual las tarifas han podido llegar a aumentar hasta en un 55%

El coste medio de un servicio funerario básico, incluidos traslados, gestiones, féretro, tanatorio y corona de flores con inhumación en un nicho temporal, asciende a una media de 2.297 euros, mientras la incineración cuesta 2.269, según el estudio.

FALTA DE INFORMACIÓN

Según se desprende del análisis, una de las asignaturas pendientes del sector es que las empresas no informan adecuadamente de los servicios y no facilitan presupuestos detallados para que el usuario pueda elegir, una circunstancia en la que incurren "tanto las funerarias privadas como las de participación pública", dijo el director general de la OCU, José María Múgica.

A su juicio, la "muerte es un tema tabú y muchas empresas se aprovechan de las circunstancias en las que se desarrolla su negocio para obtener beneficios y en estos casos el abuso es particularmente grave". De hecho, "los familiares no presentan reclamaciones sobre este sector, únicamente consultan sobre cuestiones puntuales como si se debe contratar un servicio que aparece en un hospital", manifestó la portavoz de OCU, Ileana Izverniceanu.

ES OBLIGATORIO EXPONER LAS TARIFAS

Múgica recordó que el cambio normativo de 1996 estableció la obligatoriedad de que las tarifas aparezcan en un lugar visible de la empresa, así como la presencia de hojas de reclamaciones y de explicaciones sobre las formas de pago.

Según el estudio, más del 90% de las funerarias no tiene sus tarifas expuestas, casi el 70% no las muestra ni siquiera a petición del cliente, mientras un 10% se niega a entregar un documento con el presupuesto argumentando que "no es costumbre dar detalles hasta el fallecimiento".

 
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