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Cartas al director: Túnel del Vignemale: hay que convencer a París

Cámara de Comercio e Industria de la provincia de Huesca

Algo no está funcionando en las relaciones bilaterales entre España y Francia. Los Gobiernos centrales de ambos países han protagonizado ya varios desencuentros, y la disparidad de criterios en diversos asuntos (proyecto de Constitución europea, Guerra de Irak, Pacto de Estabilidad...) es manifiesta. Los dos países están muy distanciados y existe una brecha que es necesario cerrar. En ello, los aragoneses nos jugamos mucho más de lo que podría pensarse.

La falta de entendimiento entre los Gobiernos de España y Francia no permite lanzar las campanas al vuelo ante una reciente buena noticia. Me refiero a las declaraciones de Loyola de Palacio, Comisaria de Transportes de la Unión Europea, confirmando que ha decidido incluir la Travesía Central Ferroviaria de los Pirineos (más conocida como túnel del Vignemale) en su propuesta de proyectos prioritarios de comunicaciones transeuropeas.

¿Qué ocurrirá después de que la Comisión Europea dé sus bendiciones a este proyecto? Pues, lamentablemente, que si no hay acuerdo entre Francia y España, por mucho que las instituciones comunitarias destaquen el interés que para el conjunto de la Unión Europea representa el Vignemale, este proyecto permanecerá aparcado. Seguramente habrá declaraciones grandilocuentes de unos y de otros, indicando que ambos países van a profundizar en el estudio de esta infraestructura. Pero la realidad es que, si no se muestra voluntad política decidida, el túnel de base en baja cota seguirá siendo sólo una aspiración durante mucho tiempo.

No quiero ser agorero, pero es que los hechos invitan a cierto pesimismo. ¿Está acaso el Gobierno francés realizando las mejoras que hacen falta en la carretera de acceso al túnel de Somport? ¿No es cierto que Francia está reconsiderando su compromiso para la reapertura de la línea férrea del Canfranc, a pesar de haber llegado a un acuerdo con el Gobierno español en la Cumbre de Santander del año 2000?

Si Francia pone continuamente obstáculos ante estas dos infraestructuras, ambas incluidas en el esquema de la Red Transeuropea de Transportes, y cuya necesidad e importancia es destacada por los responsables políticos de las regiones que atraviesan, ¿qué esperanzas le quedan al Vignemale?

Para ser justos, hay que significar que el Gobierno español sí que parece decidido a apoyar las conexiones entre los dos países. El Ministerio de Fomento está actuando en la rehabilitación y reapertura de la línea Zaragoza-Huesca-Canfranc y su adaptación al ancho internacional. El Plan Director de Infaestructuras también contempla la construcción de autovía hasta el Somport. Y el presidente Aznar se comprometió públicamente con el presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, en apoyar también la travesía central ferroviaria.

Por eso, hay que apoyar al Gobierno español para que defienda, en primer lugar, que Francia cumpla sus compromisos internacionales y, en segundo lugar, para que consiga vencer las reticencias que existen en los centros de decisión galos respecto al Vignemale. E ineludiblemente, hay que conseguirlo en la próxima Cumbre hispano francesa que se celebrará en los próximos meses.

¿Qué el Gobierno francés se escuda en sus problemas presupuestarios? Pues habrá que ofrecer fórmulas novedosas e imaginativas que incluyan financiación privada. Idea que de momento es bien acogida por la Comisión Europea que, además, también aportaría fondos para su construcción.

Francia no puede ofrecer otros argumentos en contra del proyecto. La viabilidad técnica de construir un túnel de 42 kilómetros es clara (ejemplos de túneles de estas características hay varios en Europa, y en España se están construyendo los túneles de Guadarrama para el AVE con una longitud de casi 30 kms). Su necesidad también: el tráfico de mercancías entre Francia y España se ha triplicado en los últimos diez años, se duplicará en el próximo decenio, y el colapso de los pasos de Irún y Port Bou es algo asumido por todos.

Si es un proyecto necesario, bendecido por la Unión Europea, viable técnica y económicamente, ¿qué salida le queda a Francia? Sólo podrá justificar mayores dilaciones con el argumento de tener serias discrepancias de orden político con España. Por eso hay que evitar que los otros temas en los que es patente la falta de entendimiento conduzcan al fracaso total de la Cumbre, en perjuicio también de proyectos de interés general como es el túnel ferroviario del Vignemale.

Luego vendrán otras batallas. Por ejemplo, hay que pensar que no está decidido el trazado concreto del túnel de baja cota. Puede ser bajo el macizo del Vignemale o por otro sitio. Pero contamos con ventaja, pues los estudios realizados por los Gobiernos de Aragón, Aquitania y Midi Pyrénés, son ya un punto de partida y una base de trabajo muy importantes. Pero de momento, debemos centrarnos en convencer a París

 
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