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Una hora menos de sueño en la noche del sábado, a las 2 serán las 3

Adaptarnos al horario de verano. Este el objetivo del cambio de hora que se lleva a cabo este sábado por la noche. A las dos habrá que adelantar los relojes hasta las tres. Es así como finaliza el horario de invierno pretendiendo captar el mayor número de horas de sol.

En verano amanece antes y los días son más largos. Con este cambio horario, se hace coincidir el inicio de la jornada laboral con la aparición del Sol para ganarle una hora a la noche. De esta forma, se aprovecha más la luz natural con el consiguiente ahorro de energía.

El paso al horario de verano, supone un cambio en sus hábitos y costumbres cotidianas y un ahorro para su economía familiar. Las primeras consecuencias de este cambio de hora se notan en la reducción en la factura de la luz ya que se encienden las luces de la casa una hora más tarde. Por término, medio en los seis meses de temporada de verano se produce un ahorro del 5% en el consumo de energía eléctrica.

Las costumbres también cambian ya que si hasta ahora anochece a las 20,00 horas, a partir del domingo el sol se pondrá a las 21,00 horas. Como consecuencia tiene una hora más de luz solar para disfrutar de la calle tras la jornada laboral. Pero este cambio también afecta de manera especial a mayores y pequeños a quienes les cuesta acostumbrarse a la nueva hora cambiando sus horarios de sueño y de comidas.

Pero sólo se puede disfrutar de esta hora más de luz natural hasta finales de septiembre. Cuando llega el invierno no se puede mantener el horario de verano porque se trabajaría varias horas por la noche, con el consiguiente aumento del gasto en energía eléctrica. El horario de invierno volverá a las 3,00 horas de la madrugada a final de septiembre.

La decisión de adelantar o atrasar la hora oficial por el tiempo de una hora durante los meses con menor cantidad de horas de luz se inició en España en el año 1918. Sin embargo, se adoptaría esta decisión en años posteriores con una frecuencia irregular e intermitente, que incluso llegó a abandonarse en el período comprendido entre 1950 y 1973.

La recuperación de la costumbre del adelanto y atraso horario tuvo lugar en 1974 con carácter general en Europa. El motivo de que se adoptara, además de forma drástica y urgente, fue la crisis del petróleo que se vivió ese año.

 
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