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Cartas al director: La normativa de caza debe seguir avanzando en medidas de seguridad

Ecologistas en Acción Aragón

Ante las declaraciones realizadas por el delegado provincial de la Federación Aragonesa de Caza en Huesca, José María Artero, en las cuales, haciendo referencia a los dos accidentes mortales producidos en esta provincia hace dos fines de semana en la práctica cinegética, indica como suficientes las medidas de seguridad que establece la legislación vigente que regula esta actividad, desde Ecologistas en Acción queremos trasmitir los siguientes planteamientos totalmente contrarios a lo expuesto por el delegado de la federación:

La legislación actual no es suficiente y tiene grandes fallos que se deben corregir de manera urgente. Si bien esta cuestión es realmente difícil pues acaba de aprobarse recientemente una nueva Ley de caza de Aragón. Ley donde poco se ha avanzado en este tema por la posición adoptada por la Administración autonómica y los colectivos de cazadores.

Hay una insuficiencia de zonas de seguridad donde se pueda desarrollar otras actividades propias de los diferentes parajes naturales: senderismo, fotografía, naturalismo, recolección de setas, pesca, salidas de esparcimiento familiares de fin de semana, ... no pudiendo desarrollar estas actividades con normalidad los no cazadores por el miedo y riesgo manifiesto que se desprende de la presión de los cazadores, con los que nos vemos obligados a compartir las mismas zonas. En muchos casos conlleva abandonar la zona por parte de los no cazadores. Este hecho cada vez está creando más tensión entre los usuarios de las diferentes actividades y los de la actividad cinegética.

Es por tanto urgente la dotación de nuevas zonas de seguridad, como los senderos balizados, cercanías de fuentes y ermitas y en general zonas ampliamente visitadas, así como un reglamento que recoja, sin excepciones, la totalidad del conjunto de zonas establecidas por la Ley de caza pero que por falta de un desarrollo de la misma es como si no existieran. Hacemos referencia a las vías pecuarias, riberas de ríos, pistas forestales sin distinción (entre públicas y privadas), ...

Consideramos que la legislación cinegética debe apostar con claridad por medidas de prevención de accidentes, recogiendo cuestiones que a pesar de ser obvias no se llevan a la práctica, como abrir o descargar el arma en el momento que se tope en el monte un cazador con otra persona. En la misma línea se debe reconocer el derecho de cualquier uso público en esos lugares de manera preferente al ejercicio de la caza..

Si bien es verdad lo expuesto por el delegado de la federación de que "las medidas de seguridad en caza las tiene que tomar la persona que está cazando", discrepamos, sin querer generalizar, de que "eso lo hace todo el mundo" y de que la legislación no puede seguir avanzando en medidas de seguridad. Tenemos el ejemplo claro, expuesto por varias asociaciones de Guardas de Protección de la Naturaleza que son amplios conocedores de esta problemática y los que llegan a sufrirlo personalmente, del uso de armas de fuego en combinación con la toma de bebidas alcohólicas. Desde nuestro colectivo hemos insistido durante el proceso de redacción y aprobación de la nueva Ley de caza de Aragón de la necesidad de poder establecer controles de alcoholemia a los cazadores de igual manera que se realiza a los conductores. Como ejemplo podemos comentar que se han empezado a dar casos, aunque esporádicos, de cazadores que bajo los efectos del alcohol amenazan con sus armas cargadas a los agentes forestales que intentan sancionarlos. La legislación debería indicar pautas de prevención para evitar accidentes producidos por el alcohol.

No queremos olvidar la necesidad de que los cazadores pasen unas pruebas técnicas antes de conseguir la licencia de armas y caza. Este hecho demandado desde hace décadas por los colectivos ecologistas y a pesar de estar recogido en la normativa estatal desde el año 1989 no ha llegado a desarrollarse en Aragón y por tanto puesto en práctica. La educación del cazador en el uso correcto de las armas de fuego y la demostración de unos conocimientos mínimos en su manejo es una necesidad urgente que apuntaría en la prevención de accidentes en la actividad cinegética. Otra medida podría ser subir la edad mínima para la práctica de esta actividad con armas de fuego, actualmente establecida en los catorce años.

 
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