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Sanidad advierte de los riesgos de consumir carne de jabalí no sometida al control

Ante el próximo inicio de la temporada de caza de jabalí, el Departamento de Sanidad, Consumo y Bienestar recuerda a los cazadores que deben observar una serie de precauciones en la manipulación y consumo de estas piezas cinegéticas. En concreto se recomienda no consumir la carne de jabalí que no haya sido previamente analizada por un veterinario, ya que existe el riesgo de contraer triquina.

La carne de jabalí es la fuente de contagio más común por este parásito, cuya incidencia en nuestra comunidad autónoma puede estimarse entre 2 y 3 animales parasitados por cada 1.000 jabalíes inspeccionados. En la campaña 2000/2001, fueron 4.992 los jabalíes abatidos a los que se efectuó el análisis triquinoscópico, siendo detectada triquina en 14 de estos ejemplares.

Según ha informado el Servicio Aragonés de Salud, durante la campaña 2000/2001 no hubo en Aragón ningún caso o brote de triquinosis humana. En la temporada anterior (1999/2000) se detectaron dos brotes con seis afectados por consumo de embutido de jabalí parasitado, y en la campaña 1998/1999 se produjo un brote de triquinosis humana con 52 afectados por el consumo de productos cárnicos de un animal que no había sido analizado previamente.

La triquinosis es una enfermedad producida por un parásito (Trichinella spiralis) cuyas larvas se pueden enquistar en la carne de distintos animales, entre ellos el cerdo y el jabalí. Si la carne se consume poco hecha o elaborada como embutido, los jugos gástricos disuelven la cápsula del quiste y la triquina se desarrolla en el ser humano. Los expertos insisten en que este parásito resiste los procesos de desecación, embutido y salazón de la carne. La importancia de esta enfermedad, cuyos síntomas iniciales incluyen vómitos, sudoración y escalofríos, fiebre, dolores de cabeza y musculares, dependerá del grado de parasitación y puede ser motivo de graves trastornos.

Temporada 2000/2001

Con ocasión de la apertura del periodo de caza mayor y menor el Servicio Aragonés de Salud ha hecho también una serie de recomendaciones extensibles a la manipulación y consumo de todo tipo de piezas:

El transporte de las piezas debe efectuarse en condiciones de limpieza, y conservarse posteriormente en el frigorífico.

La carne de caza debe consumirse muy cocida o muy asada.

No deben proporcionarse a los perros las vísceras de los animales muertos.

Ante cualquier duda sobre el estado sanitario de los animales abatidos debe desecharse su consumo o consultar al veterinario.

El Servicio Aragonés de Salud recuerda que tanto los cazadores como los consumidores en general pueden dirigirse a los profesionales que trabajan en las zonas veterinarias para resolver aquellas dudas que pueda suscitarles el consumo de carne de caza.

 
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