Madredeus, penúltima cita de Pirineos Sur

El embeleso que provoca Madredeus transportará este viernes al público de Pirineos Sur hasta Lisboa, ciudad homenajeada en su último disco, Faluas do Tejo -título que evoca las antiguas embarcaciones que navegaban por el Tajo-, que se ha considerado el más luminoso de la banda portuguesa. El arte de Madredeus es una exquisita muestra de ese sentimiento de añoranza, nostalgia y desesperanza, conocido como saudade. También mañana actuará Cool Hipnoise, cuyo estilo es una mezcla de funky, rap y sonido electrónico.
Según Pedro Ayres, compositor y alma de Madredeus, la saudade es "un estado en el que una persona se permite experimentar sentimientos contradictorios o cultivar pensamientos poco ortodoxos acerca del amor, la vida y el tiempo?. ?La saudade es la clave y la razón por la que hacemos música?, añade.
En el escenario natural de Lanuza, se escuchará la voz cristalina, pero a la vez llena de matices profundos, de Teresa Salgueiro, modulada en canciones que conducen por nuevos paisajes, creados artesanalmente y a medida para su personalísima voz. Aparte de Faluas do Tejo, otros trabajos recientes del grupo portugués son Movimiento y Un amor infinito.
La noche dedicada a la lusofonía se completará con Cool Hipnoise, grupo que, desde que hiciera su debut en 1994 en la escena del acid-jazz, se convirtió en banda de referencia en este tipo de música. Cultiva el funk-hip hop de origen afro-portugués, combinando la tecnología y su propia instrumentación, acompañándose además de nuevas voces para explorar inquietantes territorios musicales. Cool Hipnoise, moviéndose entre el funky, el rap y el sonido electrónico es, indudablemente, una de las formaciones más creativas de la escena portuguesa de los noventa.
Por su parte, el joven cantante marroquí Hanino sedujo este miércoles a los más de quinientos espectadores que acudieron al que fue el último concierto que se celebra este año en la carpa de Sallent. A pesar de su juventud, o gracias a la incuestionable frescura que ésta le aporta, Hanino demostró ayer en Pirineos Sur que sabe cómo lograr el objetivo de su carrera como cantante: dar a conocer la canción popular marroquí al público europeo.
Hanino, consigue, con una destreza que surge de su espontaneidad, mantener intacto el espíritu de esta música y de sus fundamentos y agregarle, a la vez, ritmos más modernos que la aproximan a los espectadores europeos. Esta sugerente fusión se reflejó en los temas que interpretó ayer en Sallent. Hanino cantó al amor, a los celos, a la emigración, etc. canciones casi todas ellas de su último álbum Wach Eddak.
Ni voluntad, ni carisma le faltan a este artista precoz ?comenzó a cantar a los 10 años- de quien algunos han dicho que puede ser un nuevo Cheb Mami. Hanino reside en Francia desde los 11 años, cuando llegó a este país como emigrante con su padre. Antes de lanzarse a la canción de manera profesional, actuó en fiestas y bodas con su grupo Oxygène. Es en 1996 cuando comienza su carrera en solitario y un año más tarde graba su primer álbum acompañado por los hermanos Bouchenak; en esta época saborea su primer éxito: Al Bardia.