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Deterioro en los pináculos de la Catedral de Huesca por las cigüeñas

La Catedral de Huesca no se ha librado de las cigüeñas, a pesar de que los nueve nidos de estos animales se retiraron hace un par de años. Las cigüeñas, aunque sólo tienen un nido en la parte de atrás de la Catedral, están estropeando los pináculos del templo con sus excrementos.

Desde la diócesis de Huesca, el delegado de Patrimonio, José María Nasarre, denuncia que el daño provocado por las aves es irreparable. Uno de los pináculos de la catedral ya está torcido. José María Nasarre lamenta que si llega a romperse podría romper la techumbre e incluso la bóveda de la Catedral.

Los expertos aseguran que antes de desmantelar los nidos de cigüeñas de la catedral, tradicionalmente vivía una pareja de aves en la Catedral. Sin embargo, ahora hay más cigüeñas.

La catedral podría quedar protegida si el sistema electrónico de disuasión que se instaló en la parte del tempo que da a la plaza se extendiese al resto de la iglesia. El coste de hacerlo, según la Diócesis, es muy alto.

En cualquier caso, lo cierto es que el número de cigüeñas en la ciudad y la provincia de Huesca está aumentando. La Sociedad Española de Ornitología elaboraba el año pasado un censo que reflejaba que el número de cigüeñas en la provincia se ha multiplicado por cuatro en los últimos diez años. Entre las razones de este aumento, está el cambio climático, los cambios alimentarios de las aves, pero también la extensión del regadío.

Muchas de las cigüeñas que a veces se observan cruzando el cielo de Huesca vienen del vertedero de Fornillos, donde se alimentan.

 
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