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Cartas al Director: Vuelo sin motor en el Aeropuerto Huesca Pirineos

El Aeroclub Nimbus ha apoyado desde sus inicios la construcción del Aeropuerto de Huesca Pirineos, acogiendo con entusiasmo y anteponiendo a sus propios intereses un proyecto de modernización de infraestructuras que debería beneficiar a toda la provincia. Por ello este Aeroclub ha facilitado en la medida de sus posibilidades la marcha de las obras, trasladando durante una gran parte del año su actividad a S. Cilia de Jaca. Ello, a pesar de existir el compromiso previamente adquirido de garantizar la actividad del vuelo a vela en Monflorite tanto durante la construcción del Aeropuerto, como en sus futuras operaciones tal y como está claramente especificado en el Plan Director del Aeropuerto, y como ha declarado explícitamente en el Congreso de los Diputados la Ministra de Fomento, Doña Magdalena Álvarez.

Este deseo de colaboración positiva ha ido acompañado de una inquietud creciente por las constantes trabas y dificultades planteadas por parte de AENA, quien amparándose en interpretaciones estrictas e intransigentes de reglamentaciones y normativas propias de aeropuertos internacionales, está creando un marco en el Aeropuerto de Huesca que en la practica impide el normal desarrollo de la actividad deportiva del vuelo a vela con plena seguridad y su integración en la sociedad.

Este Aeroclub entiende y comparte que la compatibilización del vuelo sin motor y la actividad comercial precisa de la definición de unos procedimientos que garanticen la seguridad de ambas operaciones. Pero no puede aceptar que ello se imponga desde el total desconocimiento de las particularidades del vuelo sin motor, pues al final en aras de una pretendida seguridad se nos obliga a volar en condiciones precarias y peligrosas, además de dificultar la libre divulgación de este deporte entre la sociedad oscense, con absurdas limitaciones de acceso.

Para comprender estos aspectos es necesario hacer referencia a:

AMENAZAS A LA SEGURIDAD DE VUELO DE LOS PLANEADORES: Para operar con seguridad en vuelo sin motor es necesaria un pista asfaltada para despegar y como mínimo otra para aterrizar que puede ser de tierra. En clara contradicción con lo indicado en el Plan Director, disponemos de una pista de asfalto de 12 m. de anchura, situada junto a otra de tierra de 20 m. que además no se puede utilizar en toda su longitud por la colocación inadecuada de ciertos accesorios. Si se tiene en cuenta que nuestros aviones tienen una anchura de 15 a 20 m. según modelos, literalmente ¡no caben simultáneamente en las dos pistas sin provocar un accidente! (hemos pasado pues de un aeródromo de 400m de anchura a tener solamente 40). En consecuencia sólo podemos utilizar una, y nuestra capacidad de realizar vuelos queda reducida a la mitad. Sin embargo, AENA parece mucho más preocupada por aplicar la letra de los reglamentos imponiendo el uso de chalecos reflectantes, permisos de conducir especiales y acreditaciones informatizadas, que por resolver estos temas de seguridad elemental.

RESTRICCIONES AL LIBRE ACCESO A LAS INSTALACIONES: El Vuelo sin motor esta profundamente arraigado en Huesca y forma parte del patrimonio cultural de Aragón. Hoy por hoy no es posible el libre acceso de la sociedad a las instalaciones de Monflorite, por la imposición de unas restricciones que impiden la entrada de público en general para la realización de vuelos de divulgación y bautismo, una de las bases de la promoción de este deporte en la sociedad y en las que nuestra asociación se ha volcado con denodado entusiasmo en los últimos años (proyectos de colaboración transfronteriza, fomento del vuelo entre estudiantes, tercera edad, discapacitados, integración en la universidad…). Estas restricciones son de tal calibre, que incluso no es posible el acceso a las instalaciones de los socios del Aeroclub acompañados de sus familias.

RESTRICCIONES AL MOVIMIENTO DE PLANEADORES: El Vuelo sin motor tiene una servidumbre muy evidente. En tierra los aviones no pueden desplazarse por sus propios medios, donde un planeador aterriza, queda inmovilizado y hay que acudir con un vehículo para trasladar el avión bien al hangar o bien de nuevo a la pista para ser nuevamente remolcado al aire y dejar la pista libre para otro aterrizaje. Esta circunstancia no está contemplada dentro de las normativas de AENA que obligan a que los vehículos que se mueven por la denominada “zona de maniobras” tienen que estar cubiertos por seguros aeronáuticos y conducidos por personas con un permiso de conducir especial, pensado para el personal que remolca grandes reactores en plataformas de grandes aeropuertos. Pretender que los socios de un club deportivo tengan que acceder a titulaciones propias de profesionales para mover planeadores con carritos de golf raya el absurdo, es una limitación más a la operación en pista, e indica el desconocimiento de la problemática de los planeadores por parte de los responsables de AENA

INCREMENTOS INASUMIBLES DE LOS COSTES DE OPERACIÓN: AENA, como sociedad pública tiene establecido un sistema de tasas para todos sus servicios, desde el uso de las pistas de aterrizaje o despegue hasta las superficies de hangar, parking de automóviles, etc. Los planeadores son máquinas tremendamente precisas e increíblemente delicadas, que por su envergadura necesitan mucha superficie de hangar (superficie que en Huesca-Pirineos está construida desde hace sesenta años y además no tiene aplicación para aeronaves de gran tamaño). La aplicación de estas tasas, evidentemente pensadas para la aviación comercial, va a multiplicar por 4 nuestros costes de operación, amenazando muy seriamente la práctica de un deporte que debe ser asequible especialmente para la juventud de menor poder adquisitivo.

FALTA DE DEFINICION DEL ESPACIO AEREO DEL AEROPUERTO. El espacio aéreo próximo al aeropuerto/aeródromo sigue sin definirse. En un aeropuerto comercial es habitual establecer unos procedimientos de aproximación cada vez más estrictos conforme más nos acercamos al mismo, limitando por ejemplo la altura máxima de los aviones en sus cercanías a valores del orden de 300 metros sobre el terreno. El vuelo sin motor no puede atender a estos condicionantes, los planeadores se remolcan hasta 500 m. de altura y necesitan alcanzar por sus medios alturas del orden de 1.000 m. como mínimo, para poder iniciar un vuelo de distancia con seguridad. La prometida compatibilidad pasa pues por definir unos procedimientos que separan temporal y/o geográficamente a las dos actividades y permitan a los planeadores alcanzar las alturas mínimas para garantizar la total seguridad de sus vuelos y circuitos de aproximación y aterrizaje. Nada se ha avanzado en estos aspectos a pesar de nuestras continuas demandas durante el último lustro.

El Aeroclub Nimbus no quiere dar una imagen de intransigencia a las normas que se definan, al contrario, llevamos cinco años llamando a todas las puertas que entendemos tienen algo que decir para la definición de procedimientos que garanticen la seguridad de las dos actividades. No creemos que en un aeropuerto con un tráfico inicial como el que se prevé en el que nos ocupa sea prioritario el restringir el acceso a los familiares de los pilotos y obligar a los socios a obtener nuevos permisos de conducir pensados para profesionales de los aeropuertos. Nuestra única solicitud es que se solucionen los problemas que hemos detallado, y se definan los procedimientos específicos necesarios que eviten la aplicación rigurosa de unas normas que implican la inmediata desaparición de la práctica del vuelo sin motor del Aeropuerto de Huesca.

La concreción de estos procedimientos es la única manera de dar continuidad a lo que se inició en nuestra ciudad hace ya casi ochenta años y que hasta ahora gozaba de uno de sus momentos de más esplendor gracias al esfuerzo de nuestra asociación como últimos herederos de la actividad deportiva en el viejo aeródromo.

Tampoco debemos olvidar que el aeropuerto se definió como una mejora de una infraestructura existente. Bajo ese espíritu se adquirieron unos compromisos hasta el momento incumplidos que son los que nosotros y entendemos que buena parte de la sociedad de Huesca reclamamos.

 
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