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Un grupo de alumnos de la Universidad de Zaragoza hace cima en el Aconcagua

Por primera vez, un grupo de seis jóvenes integrantes del Club Alpino Universitario de la Universidad de Zaragoza, han conseguido hacer cima en la montaña más alta del mundo, fuera del continente Asiático, el Aconcagua. Este grupo de la Universidad se encuentra en la vanguardia del alpinismo universitario español y ya preparan nuevas expediciones a las cumbres más altas del mundo. En él se encontraban 4 alumnos de la Universidad de Zaragoza y dos expertos del Centro de Alpinismo de la Universidad de Zaragoza. Entre ellos Gonzalo Aguado, estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Salud y el Deporte de Huesca.

La aventura comenzó a finales del año pasado, aunque la idea nació un año antes en el seno del Club Alpino de la Universidad de Zaragoza. Un grupo de seis jóvenes de entre 19 y 23 años ocuparon su tiempo libre en gestar la ilusión de alcanzar la cumbre más alta del mundo, fuera de Asía. Y lo han conseguido. En un viaje que duró aproximadamente un mes consiguieron que la Universidad de Zaragoza alcanzará la cima del Aconcagua.

Es la primera vez que un grupo de alpinistas de la Universidad de Zaragoza alcanza una cima como esta. La hazaña la han protagonizado Gonzalo Aguado, estudiante de la Facultad de Ciencias de la Salud y el Deporte de Huesca, los hermanos Fernando y Enrique Colás, estudiantes de Derecho y Administración y Dirección de Empresas y de Medicina, respectivamente, y Antonio Alegre estudiante de la Facultad de Educación. Junto a ellos, Carlos Ariño y Diego Bartolomé, expertos montañeros del Centro de Alpinismo de la Universidad de Zaragoza (CAU).

El Aconcagua es la mayor altura de Los Andes y del mundo fuera del continente Asiático. Son casi 7.000 metros, aunque el esfuerzo físico y psicológico, equivalen a un ochomil, ya que las condiciones climáticas en los Andes Centrales, a igual altitud, son mucho más severas que en otras montañas, por ejemplo el Himalaya. Además, añade Carlos Ariño, “por su ubicación geográfica la humedad relativa es sumamente escasa y el porcentaje de oxígeno disminuye”. Por si esto fuera poco, apunta Diego Bartolomé, el viento “produce zonas de baja presión que intensifican estos efectos, algo que se magnifica ante el aspecto desértico”. Más aún, retoma Ariño,“el aislamiento al que siempre te sometes en la montaña aumenta considerablemente la dificultad del ascenso”.

Hasta ahora, cuenta Fernando Colás, “nos habíamos atrevido con otras cimas en los Alpes y en el Pirineo, pero nos ha motivado pensar que cuánto más grande y difícil es el reto mayor es también la satisfacción que se obtiene”. Además, añade su hermano Enrique “el ejercicio físico, la vida en la naturaleza, convivir con amigos y conocer otros mundos y otras culturas, son aficiones comunes a todo el grupo”.

Los seis juntos, comenta Gonzalo Aguado, forman un grupo “ideal” para hacer una expedición de este tipo. “Tres de nosotros, añade, habíamos estudiado juntos, así que se puede decir que nos conocíamos desde hace años y el resto de componentes nos hemos conocido en diferentes salidas a la montaña, en Pirineos y algunas escaladas”. La preparación ha sido también “intensa y conjunta”, Así, Diego, Enrique y Fernando se prepararon en Alpes, ascendiendo el Mont Blanc y el Cervino. Carlos y Antonio entrenan constantemente, ya que forman parte del Centro de Tecnificación de Esquí de Montaña y Gonzalo, al vivir en Huesca durante el curso, ha estado entrenando por su cuenta con salidas a la montaña.

Los seis son también miembros del Centro de Alpinismo Universitario (CAU) que, desde sus orígenes ha tratado de realizar actividades de primer nivel. Así, en los últimos años varios miembros del CAU han participado en actividades de alpinismo en distintos entornos lejos de Pirineos o Alpes. Incluso, según apunta el coordinador del CAU, Antonio Alegre, “merece la pena destacar un intento de miembros del CAU por realizar la I Mundial Femenina Invidente al Mont Blanc”, aunque, añade, “desafortunadamente no alcanzó la cima”.

Son un grupo de montañeros sólido, en vanguardia del alpinismo universitario español y que siguen el ejemplo de otros muchos e importantes montañeros que comenzaron su afición en el seno del CAU. Así, cuando en 1968 un grupo de Universitarios con vocación alpinista, decide reunirse y plantear actividades deportivas vinculadas al montañismo y a la competición en esquí, acabaron creando el CAU, un club de grandes montañeros. A este primer equipo pertenecían personalidades como Pepe Garcés (excelente himalayista fallecido en montaña), Ramón Tejedor (ex-presidente del Gobierno de Aragón), ó Gregorio Martinez Villén (reconocido traumatólogo del SALUD). Del entorno universitario Luis A. Oro (Catedrático de la Universidad de Zaragoza y destacado montañero), Victor Orera (ex-Vicepresidente del CSIC), José Ramón Morandeira (Director del prestigioso master de medicina de montaña de la Universidad de Zaragoza) o Fernando J. Lahoz, (profesor de investigación del Instituto de la Ciencia de los Materiales), también comenzaron a realizar ascensos en la montaña desde el CAU.

Para el futuro, la expedición que ha llegado al Aconcagua espera “realizar algún viaje más”, aunque apuntan que “ahora mismo no hay nada claro, porque estos viajes suponen un gran esfuerzo económico que no está al alcance de estudiantes y las ayudas de este tipo son difíciles de obtener”. El presupuesto de una expedición media al Aconcagua, es decir, utilizando exclusivamente la ruta Normal, es de unos 1.800 euros por persona. A esto hay que sumarle material extra como cuerdas, estacas de nieve y tornillos de hielo, que varía según al ruta elegida para el ascenso.

En este caso, además, al ser la primera expedición de este grupo, fue necesario conseguir material que normalmente no se utiliza en Europa para hacer montañismo, como abrigos y sacos de plumas de alta gama y manoplas técnicas, entre otros utensilios. La expedición, añade Alegre, no hubiera sido posible sin el apoyo del “Gobierno de Aragón, el Ayuntamiento de Zaragoza, al Club Alpino Universitario de la Universidad de Zaragoza y la tienda de material deportivo Niusport”. También, añaden de forma unánime, “sin el apoyo de nuestros padres que han sido nuestros principales patrocinadores durante tanto tiempo”.

Estos jóvenes que han alcanzado ahora el Aconcagua son también potenciales nuevas figuras del alpinismo en Aragón, que además, han demostrado su buen hacer en el resto del montañismo universitario en España. Sólo la Universidad Complutense de Madrid y la Politécnica de Valencia desarrollan expediciones de este tipo u ochomiles.

Pero además, en este viaje el grupo ha experimentado vivencias que les aportan conocimientos añadidos a sus estudios universitarios y que les servirán a la hora de encarar su futuro profesional. Así, aunque los estudios que cursan pertenecen a diferentes ramas, Antonio y Gonzalo, cuentan que han podido comprobar las particularidades del rendimiento en altura. Enrique, estudiante de Medicina, ha aprendido y visto in situ los problemas que puede causar la altitud en el cuerpo humano y Fernando, estudiante de Derecho y Administración y Dirección de Empresas, es el que ha llevado la responsabilidad de los trámites administrativos, aprendiendo, dice, un poco más sobre cómo funciona la Administración Pública, sobre todo en el tema de las subvenciones.

Cuarenta años en la cima del alpinismo universitario

Pero, todo esta aventura, según estos jóvenes montañeros, no hubiera sido posible sin el apoyo del Centro de Alpinismo de la Universidad de Zaragoza. Desde aquel mes de mayo de 1968, cuando un grupo de crea el CAU se ha pasado a los 600 socios que cuenta en la actualidad, con lo que se convierte en el tercer club de Aragón en número de federados (detrás de los dos grandes aragoneses Peña Guara y Montañeros de Aragón).

El CAU organiza un programa completo que incluye actividades en todas las disciplinas alpinas, con equipo de competición en esquí de montaña y carreras por montaña. Asimismo, imparte tres cursos para créditos de libre elección para universitarios en colaboración con el Servicio de Actividades Deportivas de la Universidad de Zaragoza y colabora en el desarrollo del master de medicina de montaña y en el diploma Universitario de Guarda de refugio de la Universidad de Toulouse. Asimismo, de tratar de acercar con conferencias, charlas informales y debates a las figuras más destacas del alpinismo nacional a la Universidad de Zaragoza. Durante el curso pasado más 2.000 personas participaron en estas actividades del CAU.

 
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