Sociedad

Centenares de familias festejan en Torreciudad las fiestas mayores de la Virgen

Más de dos mil personas participaban este domingo en los actos de la festividad de Ntra. Sra. de Torreciudad, evocando la tradicional bendición de los hijos nacidos en el año que consiste en pesarlos sobre una antigua balanza de hierro forjado pidiendo por su patrocinio. Veintisiete matrimonios presentaban a sus hijos recién nacidos, según la tradición del lugar.

Este particular ceremonial se rememora anualmente en el santuario oscense el domingo siguiente a la festividad de la Asunción. Los actos comenzaban con la celebración de la Misa presidida por el rector del santuario mariano, Javier Mora-Figueroa a la que asistían centenares de familias. Durante la ceremonia se recordaba de manera especial a los seres queridos de las miles de familias de Perú que han fallecido consecuencia del reciente seísmo.

La Eucaristía era solemnizada por el coro y la orquesta de la Capilla de Música de la Catedral de Bilbao, compuesta por unos sesenta miembros, interpretando un repertorio basado en obras musicales marianas.

Concluida la Eucaristía numerosos vecinos y devotos de la advección altoaragonesa se turnaban para llevar sobre los hombros las andas con la imagen peregrina de la Virgen. Decenas de familias y visitantes acompañaban a la procesión que transcurría por el camino histórico que sigue desde la explanada del nuevo santuario hasta la ermita original de Torreciudad.

Una vez los romeros alcanzaban la Ermita se procedía a la entronización de la imagen frente al altar, momento en el que la comitiva y asistentes entonaban los populares Gozos de la Virgen de Torreciudad.

Sobre la una del mediodía comenzaba uno de los capítulos más esperados por los participantes; la presentación y bendición de los niños nacidos durante el año. El acto se desarrollaba en el porche exterior de la ermita, colgando de uno de sus arcos una gran balanza de hierro forjado que, según fuentes históricas, fue utilizada durante décadas por los santeros encargados de resguardar el lugar y actualmente se exhibe en el zaguán de la capilla.

Durante la particular celebración, un total de 27 padres y madres pasaban por turno para balancear a sus hijos recién nacidos, introduciendo al vástago en el canasto colocado en uno de los brazos de la báscula y depositando sobre el otro, productos alimenticios hasta compensar el peso de la criatura, como muestra de acción de gracias y petición de protección. Si bien algunas de las familias seguían el tradicional ritual de entregar aceite embotellado en garrafas, lo más frecuente han sido ofrendas de productos alimenticios como vino, embutidos y fruta. A cambio, cada niño recibía una medalla de la Virgen y un documento con la oración y fecha de la bendición.

Los matrimonios con hijos presentados a la Virgen procedían de localidades cercanas al santuario, como Ubiergo y Barbastro, hasta de ciudades más lejanas como Madrid, Valencia, Barcelona, Bilbao y Zaragoza. Según el rector de Torreciudad, “la actual presentación y bendición de niños pequeños que hacemos en la ermita fue en su día una práctica cristiana muy extendida, no sólo Torreciudad sino también en otro muchas partes del país”.

 
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