Sociedad

La mujer corre mayor riesgo psicosocial en el trabajo

El sindicato UGT Aragón pide a las empresas que adopten “buenas prácticas” para evitar los riesgos psicosociales, tales como el estrés y el “síndrome del quemado”, que afectan más a las mujeres que a los hombres.

Las mujeres trabajadoras tienen más posibilidades de sufrir carga mental, falta de autonomía, menor control sobre el trabajo, y peores condiciones ambientales en el entorno laboral que los hombres. Esto, unido a las malas condiciones laborales y a la doble jornada que, en muchos casos, tienen que desarrollar fuera del ámbito de trabajo, debido al injusto reparto de roles, constituyen un “polvorín” que se traduce en sobrecarga, estrés y lo que se conoce como Burnout, la sensación de “estar quemado” en el trabajo.

Esto es, un conjunto de riesgos psicosociales que les afectan más que a los hombres. UGT recuerda que la prevención también tiene que tener en cuenta la dimensión de género, y hace un llamamiento a los empresarios, para que establezcan una serie de buenas prácticas en relación con factores de riesgos psicosociales generadores de estrés.

Las mujeres están expuestas a riesgos diferentes a los de los hombres en el trabajo, en función de su distinta distribución en los sectores productivos. De esta manera, hay más mujeres en actividades relacionadas con los movimientos repetitivos, trabajos monótonos y de poca creatividad. Muchos de estos trabajos exigen agilidad y precisión, conllevan el mantenimiento de posturas inadecuadas y forzadas, ritmos excesivos o son tareas poco cualificadas alejadas de la toma de decisiones. Se trata de trabajos ubicados, por ejemplo, en el sector textil, la sanidad, o el sector de los teleoperadores, desarrollados fundamentalmente por mujeres.

El desempeño de este tipo de tareas, unido a otros factores laborales y sociales (las mujeres tienen peores condiciones de empleo que los hombres, sufren más precariedad laboral y encima salen peor paradas en el reparto de roles, teniendo que asumir, en general, la mayor parte de las tareas domésticas y la atención y cuidado de familiares), les conduce a situaciones de mayor riesgo que los hombres a la hora de padecer estrés laboral o el mencionado “síndrome del quemado”. Así se revela en un boletín informativo que ha elaborado el Observatorio Permanente de Riesgos Psicosociales de UGT.

Por este motivo, para el sindicato es importante dar un enfoque de género a las políticas preventivas y de salud y seguridad en el trabajo. Además, la integración de la igualdad de oportunidades es una indicación recogida en la Estrategia Comunitaria de Salud y Seguridad en el Trabajo 2002-2006, que se reitera en la actual Estrategia Comunitaria para el 2007-2012.

Para asegurar la perspectiva de género en las Evaluaciones de Riesgo sería necesario fomentar la participación de las mujeres, para que comuniquen los riesgos a los que crean que están sometidas.

Respecto a los riesgos psicosociales, como el estrés, que tienen mayor incidencia en la salud de las mujeres, UGT solicita a los empresarios que adopten una serie de buenas prácticas, como fomentar la transparencia organizativa, a través de la definición de tareas, objetivos y margen de autonomía de los puestos. Otra medida es diseñar los horarios de trabajo para compatibilizarlo con responsabilidades externas al mismo, así como comprobar que las exigencias de trabajo sean compatibles con las capacidades y recursos del trabajador y permitir su recuperación después de tareas físicas o mentales particularmente exigentes. También se puede crear oportunidades para la interacción social y, a través de la Negociación Colectiva, elaborar Códigos Éticos de comportamiento, consensuados entre representantes de los trabajadores y empresa, que eviten situaciones que puedan generar estrés, como el acoso moral o el sexual. Fomentar el trabajo en equipo, donde se consideren las opiniones de las distintas categorías, también es una buena media, así como promover la estabilidad en el puesto de trabajo y establecer incentivos que compensen la adaptación a los cambios empresariales.

El trabajo ocupa muchas horas diarias, por lo que es indispensable que exista un ambiente de trabajo adecuado, máxime cuando se aproxima el mes de septiembre, una época del año en el que el problema expuesto se agudiza, debido a la situación de estrés que genera la vuelta a la rutina diaria, y el tener que compatibilizar de nuevo las responsabilidades familiares con las laborales.

 
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