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Cartas al Director: “Por una política Industrial Europea, no al cierra de Dequisa”

Carlos Iglesias Estaun

Alcalde de Sabiñánigo.

En los últimos años venimos comprobando como salvando dificultades, se va construyendo una Europa común en la que en asuntos monetarios por ejemplo se ha avanzado de un modo apreciable y seguramente sin retorno. Así vemos como con el euro nos podemos pasear por toda Europa sin los engorrosos cambios de moneda de antaño, y al mismo tiempo también “sufrimos” como el resto de las economías europeas las decisiones del Banco Central Europeo que con sus subidas o bajadas de los tipos de interés marca el desarrollo de nuestras economías… y nuestros bolsillos.

Sin embargo en el terreno industrial la política europea común es nula y se supone que en aras de garantizar ese eufemismo denominado “libre comercio” se producen y consienten fenómenos tan disparatados y lamentables como el que hoy estamos sufriendo en la fábrica Dequisa de Sabiñánigo pero que ni es el primero ni desgraciadamente será el único.

El proceso es tan sencillo y escandaloso que produce el más absoluto de los desprecios. Todos sabemos que en las empresas químicas o del sector sanitario, hay tres temas fundamentales . Se trata de tener la propiedad de las formulaciones, los certificados de calidad y los permisos de las autoridades para vender en la unión europea. Aunque parezca mentira el tener mercado y clientes está en segundo lugar. Pues bien algunos empresarios avezados y con dinero, provenientes de los países llamados emergentes han encontrado un estupendo atajo para obtener esas preciadas condiciones. El proceso es sencillo, se compra una empresa europea (en este caso DEQUISA) casi sin verla y se obtienen sus formulaciones, certificados y permisos. Se copia el proceso en países donde no hay legislación adecuada de protección ni al medio ambiente ni a los trabajadores y cuando se está en condiciones de producir a un coste ridículo dadas esas precarias condiciones, se cierran las empresas europeas, se destruye empleo y riqueza y se vuelve a vender el mismo producto en la misma Europa pero hecho en la India, y con un beneficio escandaloso ya que el precio de venta no difiere del anterior , cuando si se incluían en él las condiciones de seguridad medioambiental y laboral europeas. Todo este proceso se ve desde Europa sin intervenir, sin introducir unas mínimas condiciones para defender la competencia de los productos hechos en Europa con las exigencias aquí vigentes y en resumen nuestras sabias autoridades monetarias y financieras europeas miran para otro lado, siguen sin intervenir y nuestro entramado industrial va perdiendo peso y capacidad productiva.

Dequisa tras 46 años de funcionamiento en Sabiñánigo ha sido siempre y sigue siendo rentable, posee las certificaciones ISO 9002 e ISO 14002 y esta en una ciudad con eminente tradición industrial. No hay por tanto ningún parámetro objetivo que recomiende o haga necesario e inevitable su cierre. Los trabajadores, sindicatos y Comité de Empresa son soberanos para encauzar el problema como su experiencia les dicte pero creo que la `posición inicial y rotunda y contundente debe ser la negativa total y absoluta a plantear ningún cierre que ni económica ni empresarialmente se sostiene.

Y los políticos de momento mas valdría que estuviéramos expectantes, informados, al lado de los trabajadores y a la espera del desarrollo del proceso sindical no vayamos a exigir medidas que ayuden a la estrategia de desgaste y división que con toda certeza pondrán en marcha los profesionales del cierre que seguramente ya habrán contratado nuestros desconocidos, ambiciosos y huidizos empresarios indios.

 
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