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"Estados Unidos busca en África garantizar sus necesidades futuras de petróleo y gas"

La tercera jornada del XVI Curso Internacional de Defensa de Jaca ha analizado la presencia en África de destacadas potencias internacionales como Estados Unidos y China. El investigador del Real Instituto Elcano, David García Cantalapiedra, ha iniciado su intervención asegurando que “África es el continente que tiene una mejor opinión de Estados Unidos, con un índice de aprobación que ronda el 80%; incluso en Darfur muchas familias llaman a sus hijos George Bush”.

Esta buena relación tiene sus antecedentes más inmediatos en los cambios estratégicos del fin de la Guerra Fría y las nuevas prioridades en los intereses globales y regionales de EE.UU., que según el ponente “han llevado a un replanteamiento de su política hacia África en cuanto a estabilidad y buen gobierno, contraterrorismo y contrainsurgencia, y seguridad energética”; hasta el punto de que desde el año 2000 Estados Unidos estableció como uno de sus objetivos prioritarios dar seguridad al abastecimiento de petróleo y gasístico en África, con el Golfo de Guinea como una de las fuentes de energía estratégicas para EE.UU. De hecho, según el investigador del Real Instituto Elcano, se espera que las importaciones de EE.UU. desde la zona se incrementen desde el 15% actual hasta un 25%-35% hacia el 2025. Además, “se trata de un petróleo de mejor calidad, de más fácil extracción y protección, ya que la mayoría de las prospecciones están en la costa o son submarinas”, ha explicado.

Pero la importancia estratégica del gas en la zona para EE.UU. casi es mayor que la del petróleo. En este sentido, ha apuntado que “la demanda de gas natural será un 50% mayor en 2020”. Por este motivo, ha proseguido García Cantalapiedra, “la seguridad del abastecimiento petrolero y gasístico, y el aumento de competencia debido al incremento en la demanda por las necesidades de China y la India, han llevado al progresivo aumento de la importancia de África en la política exterior de Estados Unidos”.

Por otra parte, la necesidad de evitar la desestabilización de grandes áreas sin autoridad y gobierno real de la zona y su aprovechamiento por parte de grupos terroristas, con su posible expansión hacia zonas de interés vital para EE.UU., junto con la competencia estratégica de China, han respaldado la creación de un mando unificado para África. Este mando, según García Cantalapiedra, “va a acometer la coordinación de una estrategia basada en las lecciones aprendidas de las intervenciones en Afganistán e Irak”. En cualquier caso, ha concluido el investigador del Real Instituto Elcano, Estados Unidos sí que tiene entre sus objetivos en África “acabar con Al-Qaeda en el Magreb islámico, Al-Qaeda Somalí y otros grupos terroristas”.

Por otra parte, el investigador chino del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, Chin-Hao Huang, ha hablado en Jaca sobre las relaciones entre China y África, y las implicaciones para Europa. En su intervención ha asegurado que “China necesita los recursos africanos para alcanzar sus objetivos de desarrollo, mercados para su economía y alianzas políticas para consolidar sus aspiraciones de crecimiento en el mundo”. El investigador chino también se ha referido a las principales ayudas económicas que China dirige a África, que se centran en los préstamos de ayuda al desarrollo, las condonaciones de la deuda y los compromisos de inversión en desarrollo de infraestructura y capital humano. Además, a través de la Organización Mundial de la Salud, se ha apoyado la apertura de diez centros de lucha contra la Malaria.

Otro de los puntos que ha tratado ha sido la respuesta de China a la crisis de Darfur que, a su juicio, “se ha convertido en uno de los mayores retos para Pekín”. En particular, Darfur es un ejemplo de los cambios crecientes e imperceptibles que ha experimentado la política China. Chin-Hao Huang ha explicado que con la aceptación por Darfur de que China desplegase, en 2007, una fuerza de mantenimiento de paz de mayor entidad, “se ha enviado una unidad de ingenieros y otra médica coordinada por un oficial de enlace”.

En su intervención también se ha referido a las relaciones de la Unión Europea y China, que “son estables, pero hay un sentimiento de que Europa tiene la inquietud de que China se pueda convertir en una amenaza económica y para la seguridad a largo plazo”. En este sentido, Chin-Hao Huang ha explicado que sería importante “un esfuerzo internacional concertado que buscase el refrendo chino a algunos principios adoptados por la Unión Africana, como el buen gobierno, los derechos humanos, la reducción de la pobreza y el incremento de las capacidades en materia de salud”. Igualmente ha puesto de manifiesto que la sociedad civil y las ONG “podrían convertirse en intermediarios importantes que facilitaran una futura colaboración de China y la Unión Europea con África”.

La última ponencia de la jornada ha sido la del comandante Carlos Miragaya, analista del Estado Mayor de la Defensa (EMAD), quien ha hablado sobre un escenario de conflicto bastante olvidado, como es Sudán, donde, a su juicio, “no hay una guerra generalizada, sino multitud de conflictos”. Buena parte de su intervención la ha centrado en el conflicto de la región de Darfur, en el oeste de Sudán, en el que a pesar de que no hay un acuerdo generalizado sobre el número de víctimas, se considera que pueden rondar las 400.000.

El apoyo que el Gobierno sudanés ha dado a los milicianos sublevados, proporcionando armas y asistencia técnica, tiene dividida a la comunidad internacional, según el comandante Miragaya, “entre los partidarios de sanciones y aliados del régimen sudanés”. En este sentido, ha apuntado que lo que debería contar en este conflicto es la voluntad, “pero en estos momentos se puede decir claramente que no hay voluntad de las partes de llegar a un acuerdo pacífico en Darfur”. El papel de China también ha sido analizado por el analista del EMAD, al apostar el Gobierno chino por estrechar su relación militar con Sudán mientras el resto de la comunidad internacional, con Estados Unidos a la cabeza, ha venido acusando al Gobierno de este país africano no ya de permitir, sino incluso de promover el genocidio en la región de Darfur. A juicio del comandante, “China debería ser vista como parte de la solución y no del problema de la zona, ya que el verdadero problema de este conflicto es que las partes no se unen para la paz, sino para la guerra”.

 
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