La mayoría de los árboles singulares españoles carece de protección legal

La gran mayoría de los árboles singulares y monumentales de España no cuenta con medidas de protección por parte de las administraciones públicas. En la actualidad existen entre 3.000 y 5.000 árboles que destacan por su porte, edad, pertenencia a alguna especie emblemática o por su particular historia, distribuidos por el territorio nacional. En Huesca se contabilizan en torno a 165 árboles singulares.

El tiempo de vida de un árbol depende de la especie. Para una carrasca no tiene ningún mérito alcanzar tres siglos de vida, ya que a esa edad se encuentra en plenitud de facultades, en cambio para un chopo llegar a los 300 años es un logro importante, pues a esa edad se encuentra al final de su vida.

Algunos abedules mueren al cabo de unos cuarenta años, mientras que el arce de Canadá puede vivir 500, algunos robles alcanzan los 1.500, ciertos enebros llegan a los 2.000 y los olivos y las secuoyas pueden tener hasta 4.000 años.

Con el objetivo de generar una red de personas que velen por la protección y reconocimiento de los árboles monumentales, la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente (FFRF) ha creado el Canal online de Árboles Singulares, dirigido a agentes implicados en su estudio y conservación.

Se trata de un espacio dentro de la plataforma web Convergencia RUNA (www.ruralnaturaleza.com), lugar que sirve de encuentro y punto de intercambio de información entre expertos, autoridades y entidades del mundo rural y de conservación. Este canal se engloba dentro del proyecto Convergencia RuNa de la FFRF.

Según la Fundación, “el objetivo principal de este canal es divulgar la necesidad de proteger los árboles centenarios distribuidos por España y predicar una nueva cultura forestal en base a una revalorización de la plantación de especies autóctonas”.

Esta iniciativa, que nació a comienzos de este mes, cuenta ya con 50 participantes entre, empresas, ONGs, naturalistas, periodistas, SEPRONA, administraciones autonómicas y central, representantes de entidades locales y agentes rurales y entidades agrícolas y forestales.

La Fundación Félix Rodríguez de la Fuente asegura que “para la conservación de la biodiversidad, es necesario que el mundo rural perciba a la fauna y la flora silvestre como elementos rentables, que proporcionan recursos económicos, viabilidad de futuro y prestigio social”.

“El alcalde de un pequeño municipio que proteja a uno de estos árboles, deberá ser visto como gestor del paisaje y de la biodiversidad; un héroe considerado socialmente vanguardia modélica de la modernidad concebida como una apuesta por la conservación de nuestro patrimonio cultural y naturalístico”, señala la Fundación.

Este proyecto ha sido presentado por la FFRF en las Jornadas Estatales sobre Árboles Monumentales y Singulares que estos días reúnen a varios técnicos en la materia en el CEMACAM de la Font Roja, Alcoi (Alicante). El objetivo de este seminario es dar conocer el estado de los árboles españoles, debatir los problemas comunes a todas las CCAA y avanzar en soluciones compartidas.

Proyecto Convergencia RUNA

El proyecto para la Convergencia Rural Naturaleza “RU NA” es una iniciativa de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente cuyo objetivo es la convergencia del mundo rural con el mundo de la conservación de la naturaleza.

Esta iniciativa quiere conseguir un desarrollo rural sostenible que revitalice los núcleos rurales, y aporte un tejido social altamente considerado por la sociedad, tanto por su capacidad de producir alimentos como de preservar el paisaje, la fauna y la flora salvajes.

Para ello la FFRF ha desarrollado una plataforma WEB donde expertos, autoridades y entidades del mundo rural y de la conservación de la naturaleza realizan una puesta en común de información.

Fundación Félix Rodríguez de la Fuente

La Fundación Félix Rodríguez de la Fuente (FFRF) fue constituida en 2004 con el fin de contribuir a crear una cultura medioambiental y científica de manera amplia, para que la sociedad pueda asumir con conciencia y responsabilidad su relación con la vida y el entorno que les rodea. Busca el diálogo, la reflexión y la coordinación de esfuerzos, ocupando un lugar transversal entre la sociedad, las instituciones públicas y las organizaciones o iniciativas de conservación e investigación.