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El manchego José Adolfo Muñoz Palancas, ganador del X Certamen de Relatos Cortos Tierra de Monegros

José Adolfo Muñoz Palancas, manchego residente en Lorca (Murcia), es el ganador de la décima edición del Certamen de Relatos Cortos “Tierra de Monegros”, organizada por la Comarca de Los Monegros, con la obra titulada “El último carnaval”, ambientada en la Posguerra española. El fallo del jurado se dio a conocer en una velada literaria que se celebró en Alcubierre. Su alcalde, Álvaro Amador, dio la bienvenida al centenar de asistentes, entre los que se encontraban el presidente de la Comarca de Los Monegros, Manuel Conte, el director general de Ordenación Territorial del GA, Alfredo Cajal, la directora general de Familia, Rosa Pons, así como alcaldes, concejales de la comarca, todos los finalistas del certamen y el célebre escritor Julio Llamazares que ofreció una charla durante el acto.

El ganador, que recibió dos mil euros y diploma, agradeció visiblemente emocionado el premio que ha logrado por este relato que, a su juicio, está ambientado en “la época de nuestra historia que más enlaza con el realismo mágico de los escritores sudamericanos, a pesar de ser una época de hambre, miseria y persecución”. Precisamente para el autor, “esa circunstancia tan hostil hacía que el mundo también fuera más mágico, y la razón se estrellaba contra la superstición que brotaba de esa miseria”. El relato habla de esa época de nuestra historia “tan dura, en la que la gente intentaba sobrevivir. Habla de alguien a quien las circunstancias le truncaron su vida, un personaje que se revela contra esas circunstancias”. El relato ganador ha plasmado las vivencias y experiencias de familiares del escritor, porque como explicó “he crecido escuchando como era la vida en esa época, por eso en este libro lo que he plasmado son experiencias transferidas”.

A pesar de haber escrito el relato hace ya año y medio, Muñoz Palancas es el primer certamen al que lo presenta. “Lo pulí y lo modifiqué mucho, lo retomé varias veces, porque me parecía un texto especial”, dijo. Este profesor de secundaria de Física y Química, encuentra en la literatura “el contrapunto a mis clases cotidianas y actividad diaria”. Su pasión por la literatura le ha llevado a obtener numerosos premios. En total ha quedado finalista, ganador o conseguido mención en quince certámenes, como el primer premio en el VI Concurso de Tanatocuentos en 2006, tercer premio Dulce Chacón y finalista de la XIV edición del Premio de Narrativa Miguel Cabrera, Hucha de Oro de la Fundación Caja de Ahorros y del Ciudad de Peñíscola

Hasta el momento, Muñoz Palancas desconocía Los Monegros, aunque “he visualizado mucho estas tierras a través de pasajes de la historia que he estudiado o de la literatura. Por eso cuando me comunicaron que era finalista y me invitaban a recorrer la comarca, ya lo consideré un premio estupendo”. El escritor entiende la causa de que esta comarca inspire a los creadores: “Es normal que la literatura beba de una tierra así porque de aquí surgen personajes que saben hacerle frente a todo lo que se le ponga por delante, cuando pensamos en este tipo de personajes indomables uno se imagina paisajes como Los Monegros”.

El segundo premio, dotado con mil euros y diploma, fue para la escritora mejicana Elena Dresser, por su relato “La fula”, “un cuento que trata un tema muy escabroso; es la historia de un personaje marginado que quieren echar de un pueblo”. Como dijo la escritora, “es un cuento muy fuerte, porque normalmente escribo para niños y es una literatura que obviamente tiene que guiarse por ciertos cánones, por eso cuando hago literatura para adultos reboso libertad”.

La escritora mejicana cuenta con una dilatada trayectoria literaria en su haber, con treinta libros publicados, la mayoría para niños y con numerosos premios, entre ellos el Internacional Orilla del Viento del Fondo de Cultura Económica, por su conocida obra “Manuela color canela”. Para Elena Dresser, el premio ha sido “conocer esta comarca maravillosa, porque había estado varias veces en España pero jamás había visitado Los Monegros y sólo por esto ya vale la pena la experiencia. Estoy muy contenta, destaco la calidez y recibimiento de la gente y la camaradería con los finalistas. Los Monegros es una tierra inspiradora”.

Los tres accésits dotados con diploma y 250 euros cada uno fueron para Gustavo García Favre, de Córdoba, Argentina, por el relato “Isla Caracol”. También recibió un accésit el escritor Miguel Ángel Carcelén, de Toledo, por “Malévolas Libélulas” y el relato titulado “El grabador de silencios”, del autor navarro Leonardo Resano.

Por lo que respecta a la modalidad de Mejor Relato Monegrino, dotado con 1.500 euros y diploma, el ganador fue Sergio Generelo Tresaco, oscense que habita en Logroño, por su obra “Un pequeño viaje”. Este autor novel recibió el premio con emoción y sorpresa ya que –confesó- “es el primer certamen al que me presento”. El cuento narra “una experiencia de la infancia de mi madre que junto a su familia fue hace muchos años guardesa de la finca denominada El Sisallar, donde se sitúa la historia”. El relato cuenta el regreso a ese lugar “de una mujer acompañada por su hijo veinteañero que comprueba como su madre recuerda 60 años después sus vivencias cotidianas en estas tierras”.

Por último, el accesit en esta modalidad, dotado con diploma y 250 euros, recayó en Herminia Dionis, natural de Sesa y residente en Arriola, Álava, por su relato “El sacristán difunto”. Todos los ganadores disfrutan además durante el presente fin de semana de una estancia con visitas guiadas a diversos lugares de interés paisajístico, cultural y natural de Los Monegros.

El jurado del certamen está compuesto por el consejero comarcal de Educación y Cultura, Jesús Brau, el profesor de la Universidad de Zaragoza y director del área de Literatura del Instituto de Estudios Altoragoneses, José Ángel Sánchez Ibáñez, la escritora, Elisabeth Hernández Quijano, el crítico literario, Miguel Ángel Ordovás y el escritor y editor, Óscar Sipán. Todos coincidieron en el alto nivel de las obras presentadas y en lo difícil de la deliberación. Brau subrayó que esta edición ha registrado un récord de participación con 428 relatos recibidos y además es “más internacional que nunca, debido a la gran variedad de orígenes de los autores”, ya que se han recibido obras desde todas las Comunidades Autónomas españolas, y de países como Estados Unidos, Canadá, Israel, Italia, Francia, Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Cuba, El Salvador, Méjico, Nicaragua, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. Todo esto demuestra, en opinión de Brau, que “el certamen goza de excelente salud y evoluciona en línea ascendente una década después de su creación, puesto que su repercusión y consideración en el mundo de las letras es cada vez mayor”. El presidente de la Comarca de Los Monegros, Manuel Conte, clausuró el acto agradeciendo la participación de los autores y recordó los atractivos del territorio que van a poder conocer durante el fin de semana los finalistas.

Julio Llamazares

En ese recorrido turístico les acompañará también el poeta, ensayista y narrador Julio Llamazares quien, entre otras, es autor de las novelas “Luna de lobos”, “La lluvia amarilla” y “Escenas de cine mudo”, que le han situado entre las figuras más destacadas de la narrativa española actual. Llamazares firmó ejemplares de sus libros entre los asistentes y pronunció una charla antes de la entrega de premios en la que recordó que este año se cumplen dos décadas de “La lluvia amarilla, que me ha hecho querer cada vez mas a Huesca y es la novela que me trajo a Huesca por primera vez”, dijo.

Llamazares explicó que “cuando comencé a escribir la novela que habla del fenómeno de la despoblación del mundo rural no conocía Huesca. Sabía que Huesca tenia el triste record de pueblos abandonados algo que continúa en la actualidad. Venía arrastrado de la historia de mi infancia, yo procedo de León y cuando estaba comenzando Bachiller tenía un profesor extraño que siempre comenzaba el curso con la frase “Huesca no existe”. Para demostrar que no existía nos hacia tres preguntas a las que respondíamos que no: haber estado en Huesca, si salía en la televisión esta provincia o si alguien conocía a alguien de Huesca. Aquello se me quedó grabado, idealicé Huesca y cuando estaba escribiendo la novela vine, recorrí la Guarguera, la Garcipollera, el Sobrepuerto, llegué a Ainielle y decidí que era el lugar en el que se ubicaría la novela”.

Llamazares dijo que “Anielle existe realmente es todos aquellos pueblos que en la época de un desarrollismo increíble quedaron olvidados y se convirtieron en cementerios, y puede ser un pueblo de cualquier otro sitio como Los Monegros”. El autor dijo que apenas conocía la comarca, pero señaló que en su última novela nombra lugares como Alcubierre o Sariñena”.

El escritor explicó que “cuando publiqué La lluvia amarilla hace 20 años no podía imaginar que este monólogo de 200 paginas en el que un hombre que se muere solo en un pueblo abandonado iba a ser la novela que más satisfacciones me ha dado y que más se ha traducido, le debo muchísimo, fue la que me hizo conocido y me hizo descubrir una tierra como Huesca y Aragón de la que ya me siento parte, porque parte de mi obra está aquí”.

 
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