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Tolerancia cero frente al botellón y comportamientos incívicos en Monzón

El alcalde de Monzón, Fernando Heras, ha anunciado, tras mantener una reunión de trabajo con el jefe de la Policía Local, Joaquín Lafarga, que agentes de paisano van a controlar aspectos como el botellón o la suciedad en parques por mal usos de los ciudadanos. En este aspecto ha anunciado tolerancia cero.

Es un paso más para la aplicación de la Ordenanza de Convivencia Ciudana que fue aprobada en sesión plenaria en agosto. El objetivo es definir las normas básicas de convivencia entre las personas en el ámbito público y de respeto a los bienes muebles e inmuebles, tanto municipales como privados, y establecer un cuadro de sanciones. La Ordenanza, valga la expresión, regula asuntos relacionados con la falta de civismo y solidaridad que muchas veces, por ser “temas de importancia menor”, quedan lejos de los Códigos Civil y Penal”.

Para contextualizar esta iniciativa, cabe indicar que los ciudadanos han transmitido al Ayuntamiento su preocupación por “fenómenos” como las pintadas de grafitis y el botellón. La norma indica que son dos “buenos ejemplos” del campo de acción de la Ordenanza. En el primer caso, se fijan multas económicas que se podrán sustituir por “trabajos para la comunidad”. En el segundo, el texto prohíbe taxativamente la celebración de botellón con botellas de cristal, en lugares frecuentados por niños y donde haya molestia directa a los vecinos. “En este asunto se acostumbran a dar muchas variables que la policía local, en un primer momento, deberá considerar”.

Romper una papelera, tronchar un árbol, orinar en la vía pública, tender la ropa o regar las macetas sin prestar atención al posible perjuicio al vecino, son “acciones” que la Ordenanza penaliza. Asimismo, por citar otros ejemplos, marca las normas de seguridad y requisitos exigibles a una fiesta privada con repercusión fuera del recinto privado, a un acto público de cualquier índole, a una celebración con algún tipo de impacto (sonoro, visual) en la vecindad, e incluso a la instalación de un circo en cuyo programa figuren los números con animales.

Frenar el gamberrismo en cualquiera de sus manifestaciones es una de las prioridades de la Ordenanza. “Las normas básicas de mutuo respeto y del buen trato de los bienes públicos y los ajenos son inherentes a la sociedad. Pintar un grafiti en una fachada o no hacer buen uso de un local alquilado al Ayuntamiento, por poner dos casos bien distintos de comportamiento antisocial, tiene que conllevar un cargo. El Ayuntamiento tiene potestad para aprobar la Ordenanza y aplicar las sanciones que recoja. En definitiva, se trata de procurarnos una vida mejor, de que nadie se sienta indefenso ante un comportamiento manifiestamente antisocial.

 
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