Sociedad

Observación astronómica en Loreto

La Agrupación Astronómica de Huesca ha organizado para este viernes día 9 de abril, a partir de las 20.30 horas, una velada de observación astronómica en la ermita de Loreto. Se espera que puedan verse Venus y Mercurio y, después, cuando la noche sea completa, Saturno. También Marte brillará con fuerza en el cénit. También se esperan ver las constelaciones pertenecientes al propio mes. Todo ello perturbado por la contaminación lumínica que últimamente nos ha aparecido en nuestro cielo de observación tras la generación de nuevas empresas en los alrededores de Huesca que derrochan su energía y luz iluminando el cielo.

Los Planetas interiores son más cercanos al Sol que el nuestro y que, por tanto, no pueden estar en oposición, como Mercurio y Venus, ambos con carencia de satélites. Al contrario de las estrellas, su luz no titila o parpadea pues ésta al igual que la de la Luna se refleja de la luz del Sol. También al igual que la Luna tienen fases.

Más grande, más luminoso y más alejado del Sol que Mercurio, Venus resulta fácilmente visible 7 meses como la "estrella vespertina" y otros 7 como el "Lucero del Alba", entre estas dos épocas permanece invisible durante algo más de un par de meses alrededor de cada conjunción. Sus dimensiones (12.100km de diámetro) han hecho afirmar que se trata del planeta gemelo de la Tierra (aunque lo cierto es que es como comparar cielo e infierno). Cuando más cerca está de la Tierra, menos iluminado está, al presentarnos su cara oscura; mientras que cuanto más lejos está, aumenta su brillo pero, por contra, más cerca del Sol está y se hace más difícil de ver. Así que, hemos de buscar aquellos momentos en los que Mercurio está aparentemente más alejado del Sol y presenta la mitad de su disco iluminado. Es lo que se conoce como máxima elongación. La elongación de un planeta es el ángulo que forma dicho planeta con el Sol, medido desde la Tierra. Mientras Mercurio pasando la máxima visibilidad matutina a la vespertina en 1 mes y medio, su rápido movimiento en contraste con los lentos movimientos de los planetas exteriores le hizo merecedor del nombre de "mensajero de los dioses". No se pone nunca, ni sale, más de un par de horas antes o después del Sol; mientras que Venus no se pone nunca cuatro horas más tarde que el Sol.

Hasta el día 11 de abril Mercurio y Venus "danzan" en el ocaso, vista la facilidad con que se identifica Venus, lo convierte en un cómodo guía para dar con el alusivo Mercurio que además estará en su punto más favorable para la observación.

 
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