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Las gallinas de Elboj

 José Luis Rodrigo

Se le ve feliz estos días. Se ha quitado el corsé y vuelve a ser el mismo.

Ya lo notamos en su forma de actuar después de anunciar su marcha. En las entrevistas, durante el fin de semana y en los actos sociales a los que ha acudido.

Fernando Elboj se va del ayuntamiento con la cabeza alta y con un claro convencimiento de que ha sido él, quien ha marcado los tiempos en su partido para su salida.

Da en su blog algunos mensajes: “hay que saber mover pieza cuando hay que mover pieza”. Llegó por sorpresa, ganó unas primarias, gobernó en tripartito, sacó mayoría absoluta, ha gobernado con el PAR y ha creado un estilo muy particular de hacer política.

Su transformación en estos once años, casi como la ciudad, ha sido tan fuerte que cada mañana a las 6,30 acude a un gimnasio a practicar deporte. ¡Quién se lo iba a decir!

Con aciertos y errores, luces y sombras - como se suele decir en estos casos- ha sido un alcalde que deja una ciudad muy distinta a la que encontró. Muchos proyectos se han hecho realidad y ahora Huesca puede presumir de haber dado un salto importante en mejoras demandadas desde hace décadas.

De acuerdo que su mandato ha coincidido con años de bonanza, otros también los han tenido y, sin embargo, no se les ha lucido.

Otro aspecto importante es que Elboj ha estado en el ayuntamiento con el convencimiento de creerse lo que hacía y por este motivo ha dedicado todo su tiempo a trabajar en esta línea.

Además ha sido un alcalde inmaculado en su gestión, sin ningún borrón en lo que puede considerarse importante. Algunas cuestiones le han dañado la imagen sin que le preocupasen demasiado (escoltas, séquito oficial, almuerzo, discursos,…o improvisaciones).

Cierto es también que, en su partido, andaban ahora preocupados por la pérdida de popularidad y por la repercusión que podía tener en un futuro en las elecciones de 2011. Elboj eso no lo veía.Por eso la labor de fontaneria realizada para hacerle ver la realidad y el mensaje de "blanco".

Dice Elboj en su blog, hablando de las gallinas que ha ubicado en el nuevo punto zoológico de Huesca, que ahora que tienen paja y madera, están “como si hubieran vuelto a su mundo de siempre. Muchos de los que las vemos, - dice-, también”.

¿Recuerdan? Elboj habló de las cerezas de Bolea cuando llegó a la alcaldía y ahora de gallinas cuando se va. En un triple salto mortal literario/hortelano/premonitorio, pero es que, sin duda, la política local acostumbra a quienes la viven con pasión, a hacer funambulismo por un espacio complicado en el que, a veces, al mirar abajo no hay red.

El profesor Elboj sabe, sin embargo, que siempre hay que llevar un buen arnés que le sujete a uno a lo más auténtico Sean cerezas, o sean gallinas.

La historia pondrá en su sitio a Elboj, un alcalde que hizo cosas.

 
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