Sociedad

Una placa tiene presentes en la vida de Sallent a los dos Guardias Civiles asesinados por ETA

Vecinos de la localidad de Sallent de Gállego junto a turistas y políticos han asistido este viernes al homenaje que se rendía, coincidiendo con el décimo aniversario de la muerte de los Guardias Civiles asesinados por ETA en esta localidad de la Comarca del Alto Gállego, Irene Fernández Perea y José Ángel de Jesús Encinas.

Como todos los años, se desplazaban a la localidad tensina los familiares de los guardias asesinados desde las localidades natales de éstos, la asturiana de Quirós y la toledana de Talavera de la Reina. En esta ocasión se ha descubierto una placa conmemorativa en la fachada del Ayuntamiento, contiguo al lugar del atentado, en la que se puede leer; "El pueblo de Sallent de Gállego en memoria de los guardias civiles Irene y José Ángel, victimas del atentado terrorista el 20 de agosto de 2.000."

El alcalde, José Ignacio Urieta, ha comentado a esta redacción que con la colocación de la placa “se quiere que el recuerdo no sea sólo en la fecha del aniversario de sus muertes, si no durante todo el año. Los familiares habían pedido que se ubicara en el lugar del atentado, pero al ser un frontón, se ha considerado por parte de la corporación que más digno es que esté en la fachada de la Casa Consistorial.

En la Misa Aniversario en la iglesia parroquial y la posterior ofrenda floral en el lugar del atentado y descubrimiento de placa han estado en representación del Gobierno de Aragón, el Consejero de Justicia e Interior Rogelio Silva y la Consejera de Educación, María Victoria Broto. Igualmente han asistido, el presidente, alcaldes y concejales de la comarca, la secretaria general del Partido Popular en Aragón, Rosa Plantegenet, la presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Ángeles Pedraza y el vicepresidente y Delegado en Aragón José Marco.

Los hechos tuvieron lugar el domingo 20 de agosto de 2000, después de la colocación de un paquete bomba junto al Cuartel de la Guardia Civil de la citada localidad tensina. En esa ocasión, el método adoptado fue la bomba-lapa. La explosión se produjo a las seis y diez de la mañana en la plaza, donde se encontraba el Cuartel de la Guardia Civil junto al Ayuntamiento.

El fuerte estallido de la bomba lapa, que destrozó el coche patrulla de la Benemérita, sobresaltó a los vecinos, algunos de los cuales se acercaron inmediatamente para tratar de socorrer a los agentes, encontrándose una gran humareda y los restos del vehículo ardiendo, según indicaba el Ministerio del Interior.

La Guardia Civil Irene Fernández Pereda que acababa de regresar de pasar las vacaciones con su familia en Asturias hacía tan sólo unos días, natural del concejo de Quirós, de 32 años de edad, soltera, yacía tendida en el suelo, muerta, a unos diez metros del vehículo oficial, siendo la primera Guardia Civil asesinada por ETA. Su compañero, José Ángel de Jesús Encinas, también salió despedido a varios metros.

La Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó a 75 años de cárcel al miembro de ETA José Ignacio Guridi Lasa por su participación en el atentado. En la actualidad se encuentra en prisión, donde debería cumplir 244 años de condena que le quedan por diversos delitos, entre otros este atentado.

En coincidencia con la petición del fiscal Jesús Alonso, la Sala consideró a Guridi Lasa autor penalmente responsable de dos delitos de atentado terrorista con resultado de muerte y de un delito de estragos. Además de la pena de prisión, le condenó a indemnizar a los padres de los guardias civiles asesinados en 300.506,05 euros, así como a los demás personas cuyos bienes resultaron dañados por la explosión.

 
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