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Efectos secundarios de la Autovía Pamplona-Huesca-Lérida: la desaparición de gasolineras

Una cosa está clara. Y es que nunca llueve a gusto de todos. Las comunicaciones son necesarias para vertebrar un territorio como es Aragón y la autovía Pamplona-Huesca-Lérida es una de ellas. Además de generar empleo, mejorar la circulación y con ello ganar en seguridad en las carreteras, también hay quien no sale beneficiado con este tipo de inversiones. Es el caso de las gasolineras que se quedan en “vía muerta”. En la provincia de Huesca son más de una docena las estaciones de servicio que se verían abocadas al cierre.

Desde la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio de Huesca se muestran preocupados por el futuro de estas gasolineras, la mayor parte de ellas ubicadas en el tramo Huesca- Lérida. En la actualidad ya se ha confirmado el cierre de dos: una en Siétamo y otra en Velillas, aunque no se descarta que, conforme se vayan abriendo más tramos, otras irán echando el cierre.

El cierre afectará no sólo a los empleados que se encargan del suministro, sino también a los trabajadores del servicio de cafeterías y restaurantes que prestan muchas de ellas.

Las áreas de servicio en las que se podrá repostar a lo largo de la autovía todavía están pendientes de su concesión. Es el Ministerio de Fomento quien se encarga de elegir su ubicación, y sacarlas a subasta. Las actuales gasolineras ya no tienen el derecho a traslado, tras el cambio de normativa. Y eso todavía complica más su supervivencia.

Entre Lérida y Navarra los vehículos pueden abastecerse en la actualidad en Tamarite de Litera, Binéfar, Monzón, Castejón del Puente, Velillas, Angüés, Siétamo, Hostal de Ipies, Jaca, Puente la Reina, y ya llegando al límite con la Comunidad Foral de Navarra.

Zonas rurales

Al margen de la repercusión que tendrá la construcción de la autovía para las estaciones de servicio, la provincia de Huesca cuenta con otras que también peligran. Es el caso de las zonas rurales donde se empezaron a instalar en los años 60, cuando empezaron a llegar los primeros tractores a la provincia y el campo comenzaba a mecanizarse.

Sin embargo, a partir del año 1993 desapareció el régimen de distancias, establecida en 10 kilómetros. A esto se ha sumado la disminución del número de agricultores en los últimos años y la proliferación del reparto a domicilio de gasóleo, cuyo precio es más reducido con respecto al que ofrecen las estaciones de servicio. Todo ello ha ayudado a que varias gasolineras de las zonas rurales también se hayan visto obligadas a cerrar.

 
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