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Llega el año 2138 al templo budista de Panillo

Durante estos días, el templo budista de Dag Shang Kangyu se encuentra inmerso en la celebración del Losar o año nuevo. De esta forma, dan la bienvenida al año 2138 o año de la Liebre de Metal en el calendario lunar tibetano. Además, se trata de un año muy especial ya que, el monasterio de Panillo está siendo, actualmente, y durante los dos próximos años, el que dirige todos los centros Shangpa europeos. A ello se le une la presencia, durante estos días, de Kyabie Kalu Rinpoche, director espiritual del linaje Shangpa.

Florencio Serrano, presidente del monasterio y de la Federación de Comunidades budistas de España, explicaba como se trata de una reunión muy llamativa e invitaba a todos a asistir, sin importar la creencia ya que, según afirmaba, todas las religiones tienen unos objetivos comunes basados en la sabiduría, la tolerancia, la compresión y el amor, unos principios básicos y comunes a todos los credos.

El sábado se llevarán a cabo los actos más solemnes. Se trata de una cita muy importante para los seguidores del budismo pero abierta a todas aquellas personas que deseen compartir con ellos esta jornada. El día cinco comienza el primer mes del año lunar y, hasta que llegue la próxima luna, los budistas viven unos días en los que los beneficios de las prácticas y actos virtuosos, constructivos o positivos, potencian por cien mil, desde el punto de vista del karma, los efectos que puedan ocasionar. De esta forma, se amplifican pensamientos, acciones o motivaciones basadas en el beneficio de los seres vivos.

Además, durante los tres días anteriores, en este linaje del budismo, se realizan plegarias y rituales, en los que se pide que, quienes sufren, lo dejen de hacer y lleguen a la felicidad máxima, lo que ellos denominan “iluminación”.

En el día de año nuevo, se lleva a cabo un ritual dedicado a dos grandes realizados, dos figuras fundamentales del budismo, llamado Guru Rimpoche o Milarepa y tiene lugar una ofrenda muy especial, el Tsok Köncho Chidi, a la que se le une también la ofrenda de humo blanco, la ceremonia más espectacular y que más gente suele atraer, que se desarrolla al aire libre. A través de este humo blanco, todos los buenos deseos para el año que comienza, lleguen a todas partes a través del viento. También se prenden unas pequeñas hogueras donde se queman las ofrendas positivas para todos que se convierten en humo. Además, los bailes tradicionales tibetanos también tienen lugar en esta celebración.

 
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