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Paso previo al desmantelamiento de las chabolas de las Mártires

Este lunes ha comenzado el derribo de una edificación que lindaba con las chabolas del asentamiento de las mártires. Se trata, en realidad, de una vivienda que estaba deshabitada desde hace un tiempo y que el Ayuntamiento ha procedido a derribar antes de que fuera utilizada como infravivienda por nuevas familias.

Mientras tanto, continúan las negociaciones con el resto de familias de la zona, un total de cinco, para su realojo en la propiedad que adquirió el Consistorio en la parte superior del Polígono Monzú, propiedad que este año el Ayuntamiento terminará de pagar.

El criterio del Ayuntamiento es facilitar un realojo siempre que las familias entren en un proceso de integración que se marcará desde el consistorio, de lo contrario, no habrá realojo sino desalojo, ha avisado el alcalde, Luis Felipe.

No todas las familias que hoy habitan en el cerro de las Mártires entrarán en el mencionado proceso. Al menos, una de ellas deberá abandonar la zona cuando se proceda al derribo de las chabolas, ya que esta familia ha llegado a última hora de la zona de Monegros y el Ayuntamiento no puede asumir más cargas de este tipo.

Mientras tanto, el Consistorio ha decidido derribar la primera edificación de la cuesta, abandonada desde hace algún tiempo, eliminando de esta forma peligros innecesarios.

TRABAJO DE REALOJO POR PARTE DEL AYUNTAMIENTO El consistorio trabaja desde hace un tiempo en un proyecto de realojo de las Mártires y mientras tanto los Servicios Sociales municipales preparan un programa socioeducativo para impulsar la integración. Está previsto que a lo largo del mes comience a trabajar un equipo de 5 personas en asuntos de educación, búsqueda de empleo, higiene y salud o convivencia ciudadana.

Se trata de un proyecto educativo básico para que el realojo llegue a tener éxito. Este equipo está financiado con fondos del Plan Urban y se ocupará también de realizar un trabajo “de calle” en el barrio del Perpetuo Socorro con la población inmigrante y gitana.

Un trabajador social y un mediador a jornada completa, y otros tres trabajadores a media jornada son los puestos que se van a crear. Su trabajo será administrativo, pero sobretodo “de calle”, visitando a los jóvenes en sus zonas y trabajando con ellos para fomentar valores de educación y civismo.

Es un trabajo muy lento pero necesario. Ya se realiza en con medio centenar de habitantes de Camino Jara y la concejala de Servicios Sociales, Flor Ardanuy, advierte que aunque sea poco visible si no estuviera sería mucho peor. En este proyecto también se trabaja el principio de autoridad y se llevan a cabo desahucios o se tramitan denuncias.

 
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