El Justicia de Aragón se ha entrevistado con 180 personas en su ronda por las comarcas

A finales del año pasado, el Justicia de Aragón puso en marcha una iniciativa para acercar la Institución al medio rural aragonés de manera que las personas interesadas pudieran ser atendidas personalmente por Fernando García Vicente. Desde entonces, alrededor de 180 personas le han planteado al Justicia sus preocupaciones, quejas y consultas en encuentros informales que, en opinión de García Vicente “resultan muy enriquecedores”.

Hasta el momento, la oficina móvil del Justicia de Aragón se ha instalado en las sedes comarcales de Jaca, Daroca, Utrillas, Calatayud, Barbastro, Alcañíz, La Almunia y Boltaña. Fernando García Vicente agradece a los presidentes de las Comarcas y al personal al servicio de estas instituciones el trato dispensado y su amable acogida, así como el recibimiento por parte de los alcaldes de los municipios.

Los asuntos planteados por los ciudadanos son variados y en algunas ocasiones reflejan los problemas concretos del territorio, como la mejora de servicios públicos básicos en Sobrarbe, o la repercusión del turismo de la nieve  en la economía de la Jacetania, y en otros, cuestiones personales de los ciudadanos, entre las que destacan los temas de urbanismo, licencias de actividad y empleo.

Por otro lado, a iniciativa propia, El Justicia aprovecha estas visitas para entrevistarse con asociaciones y colectivos de la zona y conocer de primera mano sus inquietudes. A través de estros encuentros, García Vicente, ha podido comprobar la preocupación de las asociaciones de disminuidos psíquicos y físicos por mantener en el medio rural los recursos asistenciales que sus familiares necesitan, ya sean centros de día o residencias y evitar que tengan que salir de su ambiente.

El Justicia también ha constatado las repercusiones de la crisis económica en el medio rural, sobre todo, el aumento del paro en algunas comarcas lo que ha desbordado las previsiones de organizaciones asistenciales como Cáritas o Cruz.

Finalmente, de este balance García Vicente destaca por un lado, el empuje, entusiasmo y dedicación de las personas que integran el tejido asociativo en el mundo rural ya sea en el ámbito cultural o asistencial “capaces de hacer grandes cosas con recursos modestos y por otro, el agradecimiento sincero de las personas que han venido a vernos, lo cual constituye el mayor aliciente para continuar con esta iniciativa”.