Sociedad

Un año de trabajo y grandes alegrías al frente de las Diócesis de Huesca y Jaca

A un mes de cumplirse su primer año como Obispo de Huesca y Jaca, Julián Ruiz dice sentirse feliz. Su balance de estos meses es muy positivo y agradecido. Asegura que ha sido un año intenso y apasionante, con mucha carretera y con muchas satisfacciones. Ruiz dice que llevar dos diócesis no es fácil ni el ideal, pero reconoce que la labor de organización que hizo su predecesor, Jesús Sanz, ha sido determinante para que se pueda perpetuar la figura de dos diócesis unidas en la persona del Obispo.

A las dificultades citadas, se une que la Diócesis de Huesca pertenece a la Provincia Eclesiástica de Zaragoza, mientras que la de Jaca pertenece a la de Pamplona. Una situación que hace que el trabajo también se duplique. Julián Ruiz recuerda, además, que con 50.000 habitantes habitualmente, la Diócesis de Jaca es visitada anualmente por un millón y medio de personas. Ello hace que, sobre todo en verano, tengan que aumentar el número de Eucaristías en las zonas eminentemente turísticas. Mientras en verano, en el resto de la provincia disminuyen las actividades y se dejan de celebrar las Misas de los Niños, en Jaca ocurre al contrario.

El Obispo de Huesca y Jaca confía en que continúe habiendo seminaristas, a pesar de que, como reconoce, ahora los jóvenes reciben la "llamada" más tarde, casi llegados a la treintena. En todo caso, son necesarios los sacerdotes porque, a los actuales, el trabajo les desborda. Eso sí, agradece la labor de muchas personas, seglares y religiosos, que están realizando una inmensa labor.

Por lo que hace referencia al distanciamiento que sufre la sociedad de la Iglesia, le preocupa el alemamiento respecto al mensaje de Jesucristo, y le entristece que la gente no llegue a conocerlo.

Julián Ruiz dice que ambas diócesis tienen un rico patrimonio necesitado de una gran rehabilitación. Pero no están los tiempos para hacer esas inversiones, por lo que habrá que establecer unas prioridades, retejar aquellos edificios más afectados y mantenerlos para que no se estreopeen más y puedan llegar en las mejores condiciones a las siguientes generaciones.

Por lo que respecta la conflicto de los bienes, asegura que le preocupa y le interesa. Cree que es un problema muy serio y, más que optimista es realista y está esperanzado.

Ambas diócesis están trabajando para establecer un proyecto de objetivos a tres años. En estos momentos, se están siguiendo 6 objetivos: Ministerio sacerdotal, participación de los laicos, pastoral con los jóvenes, dignificación de la celebración de los Sacramentos, calidad y compromiso por la justicia, y la religiosidad popular. Para el Obispo, con las importantes efemérides marcadas por la Iglesia (Año de la Fe, por ejemplo), y haciendo un planteamiento incisivo de la realidad pastoral de Huesca y Jaca, harán un planteamiento para tres años. A pesar de que comportará mucho esfuerzo, no les va a faltar trabajo ni ilusión.

 
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