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El acusado por el asesinato de una anciana en Sabiñánigo se ratifica en la no intencionalidad

Este miércoles tiene lugar en la Audiencia Provincial de Huesca la segunda sesión del juicio por el asesinato de una anciana de Sabiñánigo. En esta ocasión va contarse con la declaración de 19 testigos, entre los que se encuentran 6 agentes de la Guardía Civil que realizaron las investigaciones.

En la primera jornada del juicio, en la que han participado 10 testigos, el acusado se ha ratificado ante el tribunal de la Audiencia de Huesca de las declaraciones que llevo a cabo ante los agentes de la Guardia Civil en la reconstrucción de los hechos, que no tenía intención de causar daño a la víctima pero que se vio impulsado a cogerle del cuello y apretar con fuerza al oírle hablar de dinero.

Para el letrado de la acusación el imputado con su descripción ha desvelado las evidencias del hecho, de una manera clara y contundente. Por su parte el abogado de la defensa, ha señalado que el acusado admite lo que declaró en su día, su situación personal y se reafirma en un delito de homicidio por imprudencia, pero no la intencionalidad imputada por las acusaciones.

El acusado ha comentado que la víctima, María Teresa Lardiés, que tenía 74 años de edad, solía prestarle ayuda desde que habían desalojado a su familia del piso que ocupaban en el mismo bloque de viviendas de la víctima, y no ser consciente del tiempo durante el que mantuvo apretado el cuello de la anciana.

El presunto autor se enfrenta a penas que suman 25 años de prisión por estrangular a la víctima en su domicilio para robarle el dinero que guardaba en casa y que ascendía a 180 euros. El juicio, que se celebra en tres sesiones, comenzaba con el interrogatorio del acusado y la declaración de diez testigos. La acusación pide penas por delitos de asesinato y robo, mientras que la defensa entiende que se trata de homicidio por imprudencia.

Los hechos ocurrieron la tarde del 1 de agosto de 2010. La mujer, de 74 años, fue asesinada en su piso por un conocido que había vivido en otra planta del inmueble. El fiscal pide condenas de 5 y 20 años por un delito de robo y otro de asesinato, así como una indemnización de 27.000 euros al hermano de la fallecida. Por su parte, la defensa cree que los hechos no son constitutivos de asesinato sino de homicidio por imprudencia.

La pena final dependerá de la calificación jurídica que estimen los jueces en función de si determinan que se trata de asesinato u homicidio. Por otra parte, la defensa no contempla el delito de robo.

En su escrito provisional de acusación, la fiscalía relata que el presunto asesino, Carlos M.L., de 38 años y nacido en Berga, Barcelona, se encontró con la víctima, de 74, en el portal del inmueble y entabló una conversación en términos amistosos. 

La víctima conocía la mala situación económica que atravesaba el procesado y le invitó a subir a su vivienda para darle algo de comida y de dinero. El presunto autor de su muerte la estranguló en su domicilio para robarle el dinero que guardaba en su interior.

En el interior del domicilio, la víctima sirvió una fruta al procesado con un cuchillo y le manifestó su intención de darle 10 ó 20 euros para que pudiera comprarse algo de comida. En este momento, la fiscalía indica que al oír hablar del dinero, el presunto agresor se puso nervioso, se abalanzó sobre la mujer, la cogió del cuello y le exigió que le entregara todo el efectivo que tuviera en casa al tiempo que la amenazaba con el cuchillo.

La presión ejercida en el cuello motivó un rápido desvanecimiento de la víctima, momento en el que el procesado, según la acusación pública, decidió darle muerte con el fin de facilitar la culminación de sus planes de robo.

 
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