Recuerdo y homenaje a Manuel Artero con un libro dedicado a su figura

El salón de actos de la Diputación Provincial de Huesca era el escenario en el que se presentaba el libro “Manuel Artero: al servicio de Huesca” publicado por el Instituto de Estudios Altoaragoneses y en el que se pone de manifiesto sus firmes compromisos en pro del desarrollo de Huesca.

Y es que gracias a él, como se decía en la presentación, se ha visto beneficiada la cultura, el empleo y el bienestar en Huesca. Como muestra el trabajo que desinteresadamente realizó en el Hospital Provincial, o la ampliación del cercano Parque Miguel Servet, y su mecenazgo hizo posible la construcción de la Residencia y Centro Asistencial de ATADES o la Residencia Ciudad de Huesca. Y la creación del Colegio Universitario de Huesca, que el Consejo de Ministros aprobó tres años después de su fallecimiento y vino a recompensar todo el trabajo desarrollado por él y sus colaboradores.

También ayudó a muchos jóvenes a quienes sufragó sus gastos para sus estudios, apoyando y animando a pintores jóvenes. Se relacionó con agricultores y hortelanos y realizó estudios de regadíos, como el del pantano de Manjarrés.

Manuel Artero Bernad nació en Huesca en 1910, realizó estudios de Magisterio y comenzó la carrera de Medicina, costeada por la Diputación Provincial de Huesca, en Zaragoza en 1932. En 1936 terminó la carrera y durante la Guerra Civil ejerció el grado de teniente a las órdenes del doctor Franco García Bragado en titánica labor; más tarde lo hizo en un hospital de campaña en la zona de Teruel, y en 1939, con la graduación de capitán de Sanidad Militar.

Posteriormente se especializó en Urología en el instituto que dirigía en Barcelona. En septiembre de 1967, al inaugurarse el Hospital San Jorge, Artero fue nombrado jefe de equipo, y en abril de 1973 consta como el número 132 de la escala nacional de urólogos de la Seguridad Social, en la que trabajó e hizo trabajar intensamente, y aunque su salud no era óptima, tuvo un excelente rendimiento.