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Sindicatos y Ayuntamiento negocian las nuevas condiciones con la presión de la calle

Este viernes los empleados públicos de Huesca volvían a salir a las puertas de sus centros para protestar por los recortes. Lo que se ha llamado “viernes negros” es una forma de mostrar su rechazo a las medidas que está adoptando el Gobierno y que afectan, especialmente, a sus condiciones. En el caso del Ayuntamiento coincide con una tensa negociación de un nuevo convenio, las reuniones se retoman el próximo martes con el anuncio de nuevas protestas.  Los empleados del consistorio oscense ven cómo sus condiciones laborales se van a ver mermadas de forma importante. Ahora, se está negociando la aplicación de las recientes medidas para formalizar después un nuevo convenio, a partir del 31 de diciembre. Lamentan, sin embargo, que se empieza a negociar bajo los mínimos impuestos desde Madrid.  La aplicación de determinadas medidas está creando tensión entre los distintos sectores. Es el caso de la ampliación de jornada en 30 minutos al día. Una medida que está generando numerosas protestas, especialmente, en la Policía Local.  En lo que sí hay coincidencia es en que la clase política, en general, debería dar ejemplo con la aplicación de los mismos recortes. Mostrar su solidaridad con el “pueblo” y dar ejemplo de honradez, aseguraban algunos de los manifestantes.  Otros puntos donde los trabajadores públicos salían la calle eran la Plaza Navarra, donde se juntan los trabajadores de Hacienda y de la Diputación Provincial de Huesca, o la Sede de la Tesorería de la Seguridad Social.

 
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